Samoa y el territorio neozelandés de Tokelau, en el Pacífico Sur, saltarán un día del calendario, una medida que persigue facilitar el comercio y vista como un desafío a Dios por un grupo religioso.
Durante más de un siglo, Samoa estuvo cinco horas por detrás de Miami y Washington, 10 de Londres, 11 de Madrid, 18 de Pekín y 21 de Sídney.
Con la aplicación de la Ley de Línea Internacional de Cambio de Fecha, Samoa saltará de la medianoche del 29 de diciembre directamente a la del 31, y será uno de los primeros países en recibir el Año Nuevo, pero perderá una fecha de su calendario.
También Tokelau, territorio neozelandés compuesto por tres atolones y donde habitan cerca de 1.200 personas, hará la misma pirueta para adecuarse al calendario de Samoa, donde están ubicadas sus oficinas administrativas.
El cambio de fecha dejará a la otra Samoa, la que se halla bajo la soberanía de Estados Unidos y situada a una hora en avión, a un día de distancia en el calendario.
En la vertiente del turismo, no todo es optimismo en Samoa ya que la localidad de Falealupo, último punto en el que se ponía el sol, pierde ese título que ha supuesto un atractivo tenido en cuenta por los visitantes a la hora de elegir un destino durante estas fechas.
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