lunes, 15 de octubre de 2007

Los orígenes del cristianismo

Edad antigua

Los orígenes del cristianismo en España son bastante confusos. La táctica apostólica de evangelización intentaba cubrir todos los espacios del Imperio Romano, estableciendo comunidades cristianas, que habrían de ser a su vez centros de irradiación misionera, España, por lo tanto, parece uno de los objetivos inevitables de la predicación de los apóstoles. El Apóstol San Pablo manifiesta por dos veces su intención de venir a España. El mismo Duchesne lo reconoce asegurando: <>. La Primera Crónica general del rey Alfonso X el Sabio, que recoge fuentes antiguas da por muy cierto la venida de San Pablo a España e ignora en cambio la de Santiago.


Edad medieval

Ninguna religión muestra, como tal, amor a la ciencia, y el cristianismo no es solamente hostil a la ciencia, sino a toda cultura. La religión brota del sentimiento; cuando no le es posible pasar sin ideas que la den alguna consistencia, echa mano de las menos abstractas, las menos teóricas, las menos complejas posibles; la idea con la que se aspire a conmover fuertemente el sentimiento religioso debe ser intuitiva, figurada, fantástica, confusa. Así que, allí donde nada comprime todavía la llama del sentimiento religioso, la ciencia se encuentra envilecida, porque hace la luz sobre aquello adonde no pueden llegar las representaciones de la imaginación. En tanto que la religión viva dentro de la historia, se verá expuesta a ser destruida por la ciencia, porque en todos los desarrollos religiosos la fantasía es la que ha prestado sus alas a estos movimientos, sin que la ciencia haya intervenido en [28] ellos para nada: la crítica histórica científica no puede abstenerse de señalar el carácter vacilante y la incoherencia de las bases históricas que la religión ha considerado sólidas. Mientras el círculo de las ideas religiosas pretenda invadir el dominio de la metafísica y de la filosofía y viva estrechamente unida a la fantasía, como la crítica ha dejado que se establezca esta confusión entre la imagen y la idea, a la ciencia corresponde el mostrar la incompatibilidad de los elementos contradictorios.
Edad moderna

A lo largo de este trabajo vamos a señalar las principales características del hombre humanista de la Edad Moderna y a situarlos dentro del contexto de la época. Para ello definiremos los rasgos mas sobresalientes de la Edad Moderna y sobre todo del humanismo, el cual es el movimiento dentro del que sitúa este tipo de hombre.
A su vez, para observar como se aplicaban las diversas ideologías y pensamientos en la vida de estos hombres, citaremos cuatro ejemplos de distintos humanistas precedentes de distintos lugares, los cuales reflejan de formas distintas las políticas que caracterizan a este movimiento.

Edad contemporánea
Persevera, pues, hasta que sientas gozo en ella. Es natural que al comienzo no sientas más que una especie de oscuridad sobre tu mente o, si se quiere, una nube del no-saber Te parecerá que no conoces ni sientes nada a excepción de un puro impulso hacia Dios en las profundidades de tu ser. Hagas lo que hagas, esta oscuridad y esta nube se interpondrán entre ti y tu Dios. Te sentirás frustrado, ya que tu mente será incapaz de captarlo y tu corazón no disfrutará las delicias de su amor.
Pero aprende a permanecer en esa oscuridad. Vuelve a ella tantas veces como puedas, dejando que tu espíritu grite en aquel a quien amas. Pues si en esta vida esperas sentir y ver a Dios tal como es, ha de ser dentro de esta oscuridad y de esta nube. Pero si te esfuerzas en fijar tu amor en él olvidando todo lo demás -y en esto consiste la obra de contemplación que te insto a que emprendas-, tengo la confianza de que Dios en su bondad te dará una experiencia profunda de si mismo.


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