Nació en La Paz, Bolivia, en 1854. Ilustre escritora, pensadora, pintora y maestra boliviana, dedicó su vida a las letras y a la docencia.
Siendo muy joven se inclinó hacia la poesía, con el seudónimo de Soledad, obteniendo un prestigio literario entre los escritores románticos de su época. Manejó acertadamente todos los géneros y formas retóricas. Sus temas favoritos fueron la vida y la naturaleza. Desde su postura filosófica denunció la injusticia social y económica con sutileza e ironía. Logró una lectura penetrante del alma humana, que luego reflejó en sus obras. El desconsuelo invade casi siempre sus obras pero, a diferencia de los románticos de la época que sólo expresaban un prurito lacrimoso y sentimental, en Adela surge de la angustia filosófica y de la lucha con un medio chato clerical.
Con firmeza luchó por la emancipación social e intelectual de la mujer, sin menoscabar su femineidad. A pesar de manifestar en toda su vida un alto sentido cristiano, fue combatida por las autoridades civiles y clericales hasta suscitar una célebre polémica nacional en la sociedad boliviana, que le valió el apoyo solidario de la casi totalidad de los escritores importantes de su país.
En 1911 fundó la primera Escuela de Pintura para señoritas y otra del mismo tenor para los niños de los suburbios. Fue profesora y directora de primera Escuela Laica de Bolivia.
Fue autora de piezas de teatro y lecciones líricas para niños. Su labor didáctica, aparte del magisterio, cuenta con estudios y conferencias orientadoras.
Obras: "Ensayos políticos, Buenos Aires 1887; "Intimas"; "Peregrinando"; "Ráfagas", París 1914; "Cuentos breves"; “Noche de fiesta” y “El velo de la Purísima”.
Maestra y precursora boliviana cuya obra ha sido motivo de análisis de muchos críticos bolivianos, fue Augusto Guzmán quien le dedicó un completo estudio en “Biografía de una mujer ilustre”.
Falleció en el año 1928.
Siendo muy joven se inclinó hacia la poesía, con el seudónimo de Soledad, obteniendo un prestigio literario entre los escritores románticos de su época. Manejó acertadamente todos los géneros y formas retóricas. Sus temas favoritos fueron la vida y la naturaleza. Desde su postura filosófica denunció la injusticia social y económica con sutileza e ironía. Logró una lectura penetrante del alma humana, que luego reflejó en sus obras. El desconsuelo invade casi siempre sus obras pero, a diferencia de los románticos de la época que sólo expresaban un prurito lacrimoso y sentimental, en Adela surge de la angustia filosófica y de la lucha con un medio chato clerical.
Con firmeza luchó por la emancipación social e intelectual de la mujer, sin menoscabar su femineidad. A pesar de manifestar en toda su vida un alto sentido cristiano, fue combatida por las autoridades civiles y clericales hasta suscitar una célebre polémica nacional en la sociedad boliviana, que le valió el apoyo solidario de la casi totalidad de los escritores importantes de su país.
En 1911 fundó la primera Escuela de Pintura para señoritas y otra del mismo tenor para los niños de los suburbios. Fue profesora y directora de primera Escuela Laica de Bolivia.
Fue autora de piezas de teatro y lecciones líricas para niños. Su labor didáctica, aparte del magisterio, cuenta con estudios y conferencias orientadoras.
Obras: "Ensayos políticos, Buenos Aires 1887; "Intimas"; "Peregrinando"; "Ráfagas", París 1914; "Cuentos breves"; “Noche de fiesta” y “El velo de la Purísima”.
Maestra y precursora boliviana cuya obra ha sido motivo de análisis de muchos críticos bolivianos, fue Augusto Guzmán quien le dedicó un completo estudio en “Biografía de una mujer ilustre”.
Falleció en el año 1928.
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