miércoles, 24 de marzo de 2010

El hijo del Chuqui, Cresencio, el pequeño más grande de la lucha libre, es papá de un varón


En el Día del Padre, la Criatura de Dios, nombre del luchador Cresencio Choque, de 90 cm de estatura, esperaba su turno para pelear en el coliseo de Villa Victoria, pero al recibir la llamada telefónica de su suegra que le decía que su esposa iba a dar a luz, corrió al hospital.

Esa tarde, su contrincante y el público podían esperar, pero no el nacimiento de su primogénito Saúl Benjamín —nombre que ya había elegido con su esposa, Isabel Ramallo—, en el Hospital de la Mujer. A las 21.30, Cresencio recibió lo que él mismo considera el regalo más grande que Dios le haya podido dar.

“Tanta fue mi preocupación que dejé de lado mi presentación. Me fui al hospital y allí nació mi hijo mediante una cesárea. Mi esposa estaba mal, le hicieron la intervención porque el bebé era grande”, cuenta.

Cresencio, que debutó a los 21 años en la lucha libre, ahora dice que el ser papá es un orgullo. “Yo me siento muy feliz. Creo que mi hijo siempre me va a acompañar”.

El sábado 19 de diciembre del 2009, el flamante papá se casó con Isabel Ramallo, nieta del luchador Conde. No obstante, este enlace estuvo a punto de cancelarse porque algunos familiares de la novia no aprobaban la unión entre Cresencio y la estudiante, que mide 1,55 metros. “Pero nuestro amor pudo más, porque estamos enamorados”, señaló.

Ayer, en una visita a la casa del luchador, en Ciudad Satélite (El Alto), se encontró al bebé Saúl Benjamín durmiendo sobre la cama, mientras su madre lo cuidaba. Doña Isabel recordó que antes de dar a luz “tenía miedo. Todo el camino al quirófano me puse a rezar. El parto fue doloroso, tenía la pelvis muy pequeña y la cabeza del bebé no podía salir, pero en cuanto escuché su llanto me llené de alegría”.

Según Cresencio, el médico le aseguró que su bebé está bien y tiene la estatura normal. “Me dijo que soy pequeño, pero que mi hijo no puede ser igual que yo. Aunque si lo es, los dos podemos ser famosos. Él mide 49 centímetros y pesa tres kilos con 140 gramos”, detalló. Durante la gestación, Cresencio recuerda que su esposa sentía mareos y que le pedía una sopa de maní a la medianoche. Él sueña con que su hijo sea un famoso luchador, músico o futbolista. “Aunque si sigue mis pasos, preferiría que sea otra cosa porque es riesgoso”.

La rutina cambió totalmente

“Ya no es como antes, que salíamos, íbamos a bailar con mi esposo. Ahora somos más responsables porque hay que cuidar al bebé. En el día, Saúl está tranquilo, toma leche y se duerme. Pero en la noche está despierto (el lunes despertó a las 2.00) y no quiere dormir. Hay que cambiarle los pañales. Yo soy hija única y él es el primer nieto. Mi familia me ayuda”, dice Isabel.

Ricardo Arteaga Bonilla
La herencia no siempre es directa

Existe más de una veintena de padecimientos que soportan enanismo. La herencia no siempre es directa, es decir, padre enano - hijo enano, todo depende del tipo que sea.

El enanismo es el subdesarrollo corporal caracterizado fundamentalmente por la estatura muy baja, este trastorno se puede asociar a muchos defectos y, a veces, al retraso mental. Siendo el clásico la acondroplasia, cuya incidencia en la población general es de una persona por cada 15 a 27 mil habitantes.

La acondroplasia se caracteriza porque el tronco y las extremidades son cortas, dichas extremidades están arqueadas, la cabeza siempre es grande durante toda la vida y con una frente altamente protuberante. La acondroplasia se hereda a través de un carácter autosónico dominante, de tal forma que el 50 por ciento de los hijos podría cursar con la enfermedad. El enano es aquel individuo anormalmente bajo.

Por otra parte, cabe aclarar que cuando la madre o el padre sufre de enanismo y su pareja es de talla normal, existe la posibilidad de que ese niño obtenga la estatura normal en un 50 por ciento. Debido a esto, para identificar la causa del enanismo se debe encontrar los rasgos de la persona que sufre el enanismo desde el punto de vista clínico. Una vez identificado se hacen las pruebas de laboratorio y el paciente debe ser identificado por un equipo multidisciplinario donde intervengan el genetista, el endocrinólogo y el ortopedista. Para establecer que un niño padece de enanismo, debe evaluarse el crecimiento y desarrollo cada mes.

Ricardo Arteaga Bonilla,
médico pediatra

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