¿Cómo de guapo hay que ser para que las autoridades no puedan soportarlo? Desde que el periódico online Elaph contó que tres jóvenes emiratíes habían sido deportados de Arabia Saudí por ser “demasiado guapos”, la población femenina de este país (y también parte de la masculina) trata de que alguien le presente a los susodichos. El incidente sería meramente jocoso sino fuera sintomático de la obsesión enfermiza con la sexualidad de la denostada policía religiosa del Reino del Desierto.
Ha sucedido durante el festival de Al Yanadría, una cita anual con la que las autoridades saudíes intentan preservar sus tradiciones y a la que invitan a participar a los países vecinos. No está claro cómo empezó todo. Un vídeo colgado en YouTube muestra el momento, el pasado domingo, en que un mutawa, como se conoce popularmente a los miembros del Comité para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, irrumpe bruscamente en medio de un grupo de jóvenes emiratíes que están ejecutando una danza tradicional de su país. No se oye lo que dice, pero varios policías intervienen para sacarle del lugar en medio de los abucheos de los presentes, entre los que hay numerosas mujeres.
Según el relato de Elaph, que luego ha sido repetido hasta la saciedad por otros medios árabes, el guardián de la virtud quería parar el baile y pidió al responsable de la delegación emiratí que sacara a tres de los jóvenes danzantes porque eran “demasiado guapos” y temía que las mujeres se sintieran atraídas por ellos.
“No tengo ni idea de a qué grupo pertenecía (el hombre), pero hemos enviado a los tres jóvenes de vuelta a Abu Dhabi porque no queremos tener problemas”, declaró el jefe de la representación emiratí al diario Al Hayat.
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