domingo, 28 de abril de 2013

Visión panorámica, sector cooperativo

El sistema cooperativo en Bolivia se caracteriza por tener una elevada composición de cooperativas de trabajadores del sector minero, que se desarrolló desde los años ochenta como una alternativa de autoempleo y subsistencia a partir de las severas medidas macroeconómicas que Bolivia adoptó en el marco del que posteriormente se llamó el Consenso de Washington.

La representatividad de este sector -que aunque denominado productivo, por su naturaleza es mayormente extractivo- se diferencia de otro sector cooperativo significativo orientado hacia los servicios, principalmente de comunicaciones y de ahorro y crédito, caracterizado por tener inversiones, organización empresarial y tecnología muy desarrolladas. Ambas visiones del cooperativismo definen a un movimiento que experimenta grandes cambios legislativos y de posicionamiento económico estratégico. Todo ello, con grandes desafíos para su integración y con problemas institucionales que impiden mostrar su verdadero impacto en la generación de ingresos y empleo, así como su contribución en la lucha contra la pobreza y el fomento del trabajo decente.
RESEÑA DE LA HISTORIA

A continuación se presenta una reseña de la historia descrita en el libro: “Visión panorámica del sector cooperativo en Bolivia. Un modelo singular de desarrollo cooperativo”, de Rodrigo Mogrovejo y Philippe Vanhuynegem; publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según Edwin Moller y documentación provista por CONCOBOL, la genealogía del trabajo cooperativo andino se basa en el ayni (reciprocidad) y en el ayllu (sitio comunitario), formas ancestrales prehispánicas de organización para la producción social, que conservan la estructura del imperio del Tahuantinsuyo, asentado en la unidad económico-social del trabajo cooperativo del ayllu y su integración en la marca, forma federativa colectivista. Entre los grupos originarios del oriente del país se practica la minga, que responde al mismo concepto. Dichas características fundamentales de la economía tienen similitud con la unidad del calpulli y del ejido mexicano, equivalentes, a su vez, a las formas europeas de la zádruga eslava y el mir ruso, basados en la gens griega.

A raíz de estas manifestaciones ancestrales, en el decenio de 1930 e inicios del decenio de 1940 se elaboraron diferentes tesis de desarrollo sobre las bases tradicionales del trabajo asociado y de la vida precooperativa.

Es entonces cuando se empieza a establecer el cooperativismo como forma revolucionaria y moderna de organización económica y se lo considera viable, por un lado, en razón de la fácil conversión de las comunidades indígenas en cooperativas socialistas y, por otro, como parte de la revolución democrática burguesa.
Siete etapas: Breve reseña cooperativa en Bolivia

Reseñando la historia del cooperativismo en siete etapas, se observa que en su génesis o primera etapa (1937-1952) el movimiento cooperativo boliviano surgió del concepto de “asociación idealista” de producción y mercadeo individual, promovido por los excombatientes de la Guerra del Chaco, constituidos como adjudicatarios de tierras, maquinaria, equipo y semillas. Es así como se formaron las primeras cooperativas agrícolas y ganaderas en áreas cercanas a las zonas petroleras defendidas de Choreti,

Camiri y Sanandita [Möller, 1988:74]. Este proceso continuó con una intervención estatal de fomento cooperativo, potenciando al movimiento emergente y propagándolo rápidamente a otros sectores. En este período se creó la Federación de Maestros Urbanos de Bolivia, que promovió el Decreto Ley de Creación de Cooperativas y Asistencia Sanitaria del 2 de diciembre de 1939.

El mencionado proceso también derivó en la ampliación de este modelo productivo a otros sectores, como el fabril y el minero, con el Decreto Supremo de Sociedades Cooperativas de Consumo del 20 de mayo de 1941.

Este impulso cooperativo condujo a la instauración del modelo cooperativo en las telecomunicaciones, mediante el Decreto Supremo de Organización y Explotación de Servicios Técnicos de Tranvías y Teléfonos del 14 de diciembre de 1944. Esta primera etapa concluyó con la creación de la Cooperativa de Empleados Públicos mediante Ley del 17 de octubre de 1944. En ese mismo año se reconoció la personería jurídica del Instituto Cooperativo Boliviano y J. C. Prudencio publicó el primer folleto Cooperativa de Consumo.

(continuará).




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