La pérdida de un ser querido nos hace atravesar por todo tipo de emociones: tristeza, preocupación o incluso miedo. Por tanto, nos llena de incertidumbre el no estar preparados, el estar impresionados o confundidos. Según la psicóloga del Centro de Apoyo Integral Etapas, Cindy Cáceres, frente a esta vivencia a algunas personas les cuesta concentrarse, estudiar o comer cuando están atravesando una etapa de duelo. Otras pierden el interés por actividades que solían disfrutar. Algunos se enfrascan en juegos de computación o beben o comen en exceso. Y otras personas se sienten adormecidas, como si nada hubiese ocurrido. Todas estas emociones son reacciones naturales frente a la muerte.
¿Qué sienten los niños? Según Ximena Soto Ríos, psicóloga clínica de niños y adolescentes, la forma en que un niño enfrenta la muerte de un ser querido depende de la edad, de su desarrollo cognitivo, de sus vivencias y su individualidad. En niños menores a 5 años se guían por elementos muy concretos y, por lo tanto, la explicación de la pérdida debe enfocarse a la ausencia corporal. A partir de los 6 años se debe tener cuidado con la culpa, ya que tienden a asociarlo con sus propias acciones o, en su defecto, dependiendo de sus creencias, portarse bien para acceder a un milagro, igualmente las respuestas deben ser claras.
Las etapas de duelo. A la primera etapa del duelo se le denomina de evitación, porque la persona, asumiendo un mecanismo de defensa, niega la pérdida. "En esta fase nos sentimos en estado de shock y se manifiestan los sentimientos de incredulidad hacia lo acontecido", explicó Cáceres. La segunda etapa es la fase aguda del duelo, donde ya hemos comprendido que la persona amada no estará más y comenzamos a experimentar el dolor por la separación. En la última fase, la resolución del duelo, finalmente nos reconectamos con nuestra vida cotidiana en el sentido de que volvemos a encontrarle un sentido a las actividades que realizamos, indicó Cáceres.
¿Cómo ayudar en estos casos? Es importante conectarse con la persona en duelo, intentando comprender sus sentimientos y ponerse en su lugar. Así se comprenderá por qué tambalea su mundo. "La mejor forma de ayudar es apoyar con la presencia y escuchar lo que tiene que decir la otra persona. En esos momentos lo más importante para quien perdió a alguien es sentir el cariño y la comprensión de las personas que le quedan", indicó la psicóloga.
Señal de alarma. Cuando la tristeza dura mucho tiempo, es demasiado intensa e impide que una persona disfrute de las cosas buenas de la vida, se denomina depresión. Por otra parte, si la persona no llora, no se desahoga ni da muestras de dolor por la pérdida, puede indicar que ha reprimido sus sentimientos y necesitará ayuda profesional.
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