Los robots humanoides dominarán la industria del sexo en el futuro, “eliminando todo riesgo de enfermedades sexualmente transmisibles en un mundo libre de esclavitud sexual”, según sostienen el futurólogo neocelandés Ian Yeoman y la sexóloga Michelle Mars.
Los dos investigadores de la Universidad Victoria de Wellington imaginaron -en un artículo llamado “Robots, hombres y turismo sexual”, publicado en la revista Futures- un burdel de Amsterdam llamado Yub-Yum (en lugar del célebre Yab Yum del Barrio Rojo), donde las máquinas ofrecerían masajes y relaciones sexuales tarifadas.
Para mayor seguridad, los androides en cuestión estarían fabricados con fibras resistentes a las bacterias y serían desinfectados entre cliente y cliente con el fin de evitar peligros de contaminación.
Los clientes por su parte podrían elegir origen étnico, sexo, aspecto físico, edad e idioma de su robot-pareja entre una amplísima variedad de modelos. Además, al mantener una relación con un robot y no con una persona, “no se sentirían culpables y por lo tanto no tendrían que mentir a su pareja”, aseguran los investigadores.
En 2050, según el artículo de Yeoman y Mars, los turistas sexuales pagarán unos 13.000 dólares por un servicio “all inclusive”, que incluirá desde masajes hasta la relación propiamente dicha. “El sexo con un robot es más seguro, libre de las obligaciones, precauciones e incertidumbres de la relación real”, aseguran los investigadores de la Universidad de Wellington.
Turismo sexual
Al mismo tiempo, consideran que la iniciativa podría salvar a Amsterdam como destino de turismo sexual. “La industria turística de Amterdam está construida sobre una imagen de sexo y drogas”, escriben en el artículo.
“El municipio estaba preocupado porque si el Barrio Rojo se cerrara, esto tendría un efecto negativo sobre la imagen de la ciudad y la industria turística”, concluye el futurólogo, que identifica en los robots el futuro del turismo sexual.
Sin riesgos
Futuro El escenario futurista del turismo sexual incluye a “prostitutas androides”, que eliminarían el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual.
Tarifa En 2050, los turistas sexuales pagarán unos 13.000 dólares por un servicio “all inclusive”, que incluirá desde masajes hasta la relación propiamente dicha, según el artículo de Yeoman y Mars.
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