En Cochabamba existe un boom de locales que ofrecen bebidas alcohólicas y shows musicales en horas de la tarde. A estas matinés asisten estudiantes de secundaria y universitarios, que beben hasta perder el control.
El consumo de bebidas alcohólicas de los jóvenes se ha incrementado en Cochabamba, tanto que algunos estudiantes prefieren faltar a sus clases en el colegio o en la universidad para beber con sus amigos.
En horas de la mañana y la tarde, estudiantes de secundaria de colegios públicos convierten las plazuelas en cantinas y gastan sus recreos en comprar una botella de ron o de trago para embriagarse.
La compra de la bebida no es un problema, porque hasta ahora no existe una prohibición que restrinja la venta de alcohol a menores de edad.
La llegada de los viernes por la tarde es esperada por los jóvenes de secundaria y universitarios para asistir a las matinés bailables, donde comparten el alcohol con sus amigos.
En Cochabamba existen al menos seis locales en Sacaba, Quillacollo y el Cercado que abren sus puertas los viernes desde las 13:00 horas para acoger a jóvenes de todas las edades, incluso en algunos casos a menores.
Letreros con el mensaje: “Prohibido el ingreso a menores” están pegados en las paredes de algunos locales, sin embargo nadie controla si el cliente que ingresa es menor o mayor de edad.
Muchos jóvenes saben que el letrero no es ningún impedimento para ingresar y pasar una tarde de música y mucha bebida.
MATINÉS BAILABLES
En un recorrido por varios locales que ofrecen matinés bailables, este medio de comunicación pudo comprobar que dentro de estos “boliches”, como los denominan los jóvenes, hay menores de edad consumiendo bebidas alcohólicas sin ninguna restricción.
En estos locales, el precio de las bebidas oscila entre los 15 y 70 bolivianos, dependiendo el tipo y la cantidad de trago que uno pide.
Allí hay bebidas desde un ron hasta guarapo, o garapiña, pasando por la caipiriña.
El consumo de bebidas de los jóvenes en estos locales trae consigo escenas de bailes obscenos, caídas y peleas entre ellos. En algunos casos, son víctimas de robo de dinero y celulares.
Los jóvenes deciden asistir a estos locales en sus vehículos o motocicletas; para ello los propietarios de los “boliches” habilitan grandes parqueos sin pensar que ponen en riesgo la vida de los conductores y sus acompañantes, que luego de beber se dirigen a otro local nocturno o discoteca.
Otros, al salir de estos lugares buscan comida para reaccionar, quitarse el aliento alcohólico y llegar a sus casas sin que sus padres sospechen que estuvieron bebiendo toda la tarde.
Las excusas más usadas para salir a beber sin que sus padres se enteren que van a consumir bebidas alcohólicas es la realización de un trabajo práctico en la casa de un compañero, según algunos testimonios de jóvenes.
ESTUDIOS Y CIFRAS
A pesar de que no existen instituciones que realicen estudios actualizados acerca del consumo del alcohol, psicoterapeutas con especialidad en adicciones como Daniel Vásquez y Alberto Rojas aseguran que el consumo se da cada vez a una edad más temprana.
Ambos afirman que la primera borrachera de los jóvenes se da en la edad escolar, en algunos casos antes de ingresar a primero de secundaria.
Rojas, psicoterapeuta de Alcohólicos Anónimos (AA) señala que el 80 por ciento de sus pacientes son jóvenes entre los 15 y 25 años, mientras que Vásquez, especialista particular, indica que tiene un 60 por ciento de pacientes que oscilan entre los 17 y 25 años.
Según el último estudio realizado por el Centro Latinoamericano de Investigación Científica, en 2008 la prevalencia de consumo de alcohol en jóvenes universitarios de Cochabamba por mes fue de un 63.6 por ciento , por año un 69 por ciento y en la vida un 88.4 por ciento .
NADIE RESPETA
LAS NORMAS
En Cochabamba al igual que en otros departamentos del país, existen normativas que regulan el consumo y la venta de bebidas alcohólicas.
La Ordenanza Municipal 3599, aprobada en 2006, prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas en calles, plazuelas y cualquier vía pública de la ciudad, pero esta normativa que debe ser controlada por el Ejecutivo municipal quedó solamente en el papel, pues las vías públicas siguen siendo utilizadas por jóvenes y adultos para consumir bebidas alcohólicas.
Asimismo existe el Reglamento 4030 que regula la venta de bebidas alcohólicas en chicherías, locales, licorerías y discotecas, y prohíbe la venta a menores de 18 años, sin embargo esta normativa es incumplida por los administradores de los lugares donde se venden bebidas a cualquier persona sin importar y mucho menos preguntar la edad.
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