En Yucatán el Estado lo honró con la formalidad de un prócer. En el Estado de Morelos, donde nació, sus descendientes organizaron diversas actividades artísticas y culturales, además la reinauguración del Parque Anenecuilco y la Feria Nacional Zapata. En el Estado de Chiapas— donde su pensamiento tomó cuerpo, se alzó en armas y conquistó la autonomía indígena— a la fiesta se suma el compromiso de seguir luchando por la vida, no sólo por el poder; porque el poder sólo en sí mismo y para sí, pudre la sangre y enturbia el pensamiento…© Redacción Sol de Pando “Yucatán es un estado de hombres y mujeres libres, con derecho al trabajo, a servicios de salud de calidad y a obtener mejores niveles de bienestar social”, afirmó el secretario de Salud, Jorge Eduardo Mendoza Mézquita, orador representante de los tres Poderes del Estado durante la ceremonia cívica conmemorativa del 134 aniversario del nacimiento de Emiliano Zapata. El acto tuvo la solemnidad marcada por paradas miltares, ofrendas florales, iza de bandera y el himno nacional.
Cosa distinta fue la celebración realizada este jueves en Morelos, lugar donde Zapata nació el 8 de agosto de 1891, en un ejido de la comunidad de Anenecuilco. Ahí radica el bisnieto del campesino libertario, Edgar Castro Zapata, que desde la Fundación Zapata y los Herederos de la Revolución promueve otro tipo de homenajes al héroe revolucionario, menos solemnes pero más fieles a la memoria austera y humilde del zapatismo auténtico.
Aunque muchos descendientes directos de quienes combatieron junto a Zapata por el derecho a la tierra y la libertad emigraron a Estados Unidos por mejores oportunidades que el Estado moderno les niega, la fundación que preside el bisnieto está enfrascada en una lucha por hacer cumplir la ley que garantiza protección de un seguro social para los ex combatientes de la revolución zapatista de 1911, hasta la segunda generación. Entre ellos sobrevive un ex combatiente de 103 años.
En una reciente entrevista con el Diario de Morelos, Castro Zapata lamentó que existen viudas y sus familias que están desamparadas, porque no han sido tomadas en cuenta por gobiernos anteriores. Recordó que hasta el pasado 28 de noviembre, durante la conmemoración del Plan de Ayala, se les entregaron casas y predios a las viudas, luego de muchos años de gestiones.
“Poco a poco hemos logrado avances y apoyos, aunque la situación es complicada, porque son gente humilde y de campo; aproximadamente se tiene alrededor de 20 mujeres, viudas registradas de ex revolucionarios”, comentó.
En el Estado de Chiapas, territorio del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, los cronopios limpiaron sus barcazas y los municipios autónomos zapatistas vistieron sus mejores galas como los arcoiris. Bailaron, cantaron y recordaron.
La palabras del subcomandante Marcos ofrendadas a la memoria del guerrero libertario son invariables: “El general Zapata nos enseñó que el poder pudre la sangre y enturbia el pensamiento”. Nuestra lucha no es por el poder, es por la vida, por la libertad, la democracia y la justicia.
Carta del subcomandante Marcos a Emiliano Zapata
Aquí estamos mi General, aquí estamos
porque estos gobiernos siguen sin memoria para los indígenas, y porque
los ricos hacendados, con otros nombres, siguen despojando de su tierra a
los campesinos.
Como entonces pasó, ahora los
gobiernos buscan leyes para legitimar el robo de tierras. Como entonces,
los que se niegan a aceptar las injusticias son perseguidos,
encarcelados, muertos.
Pero como entonces, mi General, hay
hombres y mujeres cabales que no se están callados y que luchan para no
dejarse, se organizan para exigir tierra y libertad.
Por eso le escribo a usted Don Emiliano, para que sepa usted que aquí estamos, y aquí seguimos…
De dónde vino
Hijo de los campesinos indígenas Gabriel Zapata y Cleofas Salazar, Emiliano nació en el poblado de Anenecuilco, Morelos, el 8 de agosto de 1879, el mismo año en que nuestro país enfrentaba la Guerra del Pacífico contra Chile, conflicto bélico a raíz del cual Bolivia perdió su costa marítima condenándose al enclaustramiento hasta nuestros días.Durante su juventud trabajó como cuidador de ganado, y en 1906, a sus 27 años, se une a la Junta de Cuatla que reivindica para sus trabajadores las tierras comunales de los paisanos indios de Morelos, y que es reprimida violentamente por el gobierno.
Toma de Tierras
Como hijo de granjeros, la piel mate y buen caballero, dirige el movimiento de ocupación de tierras, formado por granjeros vestidos de una camisa y pantalones blancos quienes, a los gritos de “tierra y libertad”, entran en las haciendas defendidas por sus propietarios.Después de haber obtenido su rendición, las haciendas son expropiadas y repartidas entre los paisanos que las trabajan.
Como líder de la rebelión, Zapata debe refugiarse en la montaña durante la represión.
Reaparece en 1909, siendo proclamado presidente de la Junta de Defensa de tierras de Ayala, comenzando de esta manera su actividad revolucionaria.
La Guerrilla Libertaria
Su ascenso político lo conduce a hacerse cargo de la organización del movimiento revolucionario en el sur de México, siendo nombrado jefe supremo del movimiento revolucionario de la región meridional, después jefe maderista de Morelos.
Después de la suba de Madero al poder, Emiliano Zapata se levanta contra éste último en razón de su poca diligencia en aplicar la Reforma Agraria, objetivo principal de la Revolución Mexicana.
Su esfuerzo por la Reforma Agraria le valió también la enemistad de Carranza.
Con Pancho Villa
El ataque de Victoriano Huerta contra el gobierno de Madero, quien lo hace asesinar, lo empuja a unirse a las tropas constitucionales en 1913.Un año más tarde, con Pancho Villa y Orozco, firman la Convención de Aguascalientes, rechazada por Carranza, en el curso de la cual deciden ocupar la capital mexicana con las fuerzas convencionales (1914).
La fuerza de las tropas zapatistas le permite ocupar la capital en dos ocasiones, controlando la mitad del territorio mexicano.
Sin embargo, el fuerte contraataque del presidente Carranza y la derrota que le inflige Álvaro Obregón lo obligan a retirarse hacia Morelos y a instalar su cuartel general en Tlaltizapan, conservando la implantación del movimiento revolucionario en el sur de México.
Después de su retirada, afronta en permanencia los ataques de Carranza, defendiendo la instauración de una auténtica reforma agraria que elimine la repartición desigual de las tierras, y que tome en cuenta los derechos de los indígenas, modelo implantado por Zapata en Tlaltizapan.
Zapata crea también en esta ciudad una red de escuelas y servicios públicos.
El asesinato de Zapata
La acusación de Zapata hacia su antiguo compañero revolucionario, Carranza, se vuelve pública en su carta abierta de 1919 y dirigida al “Ciudadano Carranza”, en la cual lo acusa de haber « aprovechado de la lucha para su propio beneficio y el de sus amigos que lo han ayudado. Después de haber repartido el botín, las riquezas, para realizar negocios, banquetes, fiestas suntuosas, bacanales y orgías.Y prosiguió su acusación: «Usted no ha pensado jamás que la Revolución pudiese beneficiar al pueblo, a las legiones de oprimidos que usted ha alentado con sus discursos».
En respuesta a esta acusación, Carranza organiza un plan para asesinar a Zapata.
En 1919, es convocado para una entrevista política en el curso de la cual un oficial federal, Jesús Guajardo, le ofrece tropas y apoyo para su campaña, dándole cita en una hacienda situada en un territorio dominado por el general revolucionario.
Según el relato de uno de los testigos (uno de los soldados), llegando al umbral, «a quemarropa y sin darle tiempo de sacar sus pistolas, los soldados que portaban armas tiraron dos salvas, y nuestro inolvidable general Zapata cayó para no levantarse jamás».
Con Zapata, a la edad de 39 años, se había apagado el más feroz defensor de los derechos de los indios mexicanos y de la Reforma Agraria.
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