La mandolina es un instrumento musical de 4 cuerdas dobles. El número y tipo de cuerdas de la mandolina ha variado con el tiempo y el lugar, pero la configuración predominante en la actualidad es la de la mandolina napolitana, con cuatro cuerdas dobles afinadas como el violín (sol-re-la-mi). Las cuerdas de la mandolina se pulsan con una púa o plectro. La caja de resonancia puede ser cóncava o plana. Actualmente se usa para diversos fines.
A finales del siglo XVI, en Italia, aparece un instrumento conocido como mandola, precursor de la mandolina. El término mandolino, nombre italiano del instrumento, se cita por primera vez en 1563, refiriéndose, a una variante de la mandola, de menor tamaño. Durante el siglo XVII se fabricaron mandolinas en Italia. En el Museo Stradivariano de Cremona se conservan los patrones de construcción de varias mandolinas, con anotaciones a mano del propio Anto nio Stradivari, el famoso constructor de violines.
A partir de finales del siglo XVII, muchos grandes compositores comienzan a utilizar la mandolina en sus obras: Es el caso de Antonio Vivaldi (1678-1741), quien compuso obras para mandolina y orquesta, Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), quien la utilizó en su ópera Don Giovanni, Ludwig van Beethoven (1770-1827) o Niccolò Paganini (1782-1840).
Actualmente, la mandolina está muy extendida en la música folk británica e irlandesa, en la música country y bluegrass de Estados Unidos, y en el choro y la samba brasileños. También se encuentra en algunos conjuntos de música tradicional portuguesa, mientras que en España ha sido desplazada por la bandurria y no es frecuente su uso en la música tradicional. En México, durante años fue la primera voz de los conjuntos estudiantiles llamados Tunas o estudiantinas (nacidas en las primeras Universidades Europeas). Se encuentra también en los conjuntos folclóricos de algunos países latinoamericanos, sobre todo de Chile, Bolivia, Perú, Colombia y Venezuela.
La forma de afinar la mandolina es la del violín, es decir, la siguiente: Sol, Re, La y Mi, siendo Mi la más aguda y Sol la más grave. La sucesión se da por intervalos de quinta justa entre una cuerda y otra. Por convención, se llama primera cuerda a la más aguda (mi), siguiendo en progresión descendente hasta la cuarta cuerda (sol). Hay que destacar que se debe afinar cada par de cuerdas al unísono, ya que la mandolina suele contar con órdenes dobles de cuerdas, a fin de hacer posible la ejecución libre del trémolo, efecto necesario a fin de alargar un sonido. Además de esta popular forma de encordar la mandolina, muchos mandolinistas eliminan de sus instrumentos los órdenes dobles, dejando únicamente cuatro cuerdas afinadas Sol, Re, La, Mi. Como ya antes está descríto, el objetivo de encordar la mandolina con sólo 4 cuerdas, es evitar la desafinación de una cuerda con respecto a su par, además de que permite al mandolinista virtuoso imprimir más velocidad y más pulcritud en el sonido.
En la página 7 les presentamos una partitura para mandolina. Fuente: Wikipedia
No hay comentarios:
Publicar un comentario