Una vez al año, la capital suiza se transforma en un gigante espacio mercantil cuando tiene lugar el famoso mercado de cebollas de Berna. El espectáculo, llamado Zibelemärit, es más que un simple mercado, es una fiesta popular con música y atracciones de feria.
Pero las protagonistas son las cebollas. A partir de las cuatro de la mañana, las vendedoras las ofrecen en sus puestos repartidos por toda la ciudad. Cebollas rojas, blancas, grandes, pequeñas, todas están en venta y presentadas de la típica forma, parecida a una trenza. También se venden ajo y otras verduras, golosinas y ponche.
Unas 50 toneladas de cebolla y ajo llevan los campesinos suizos cada año a Berna para la venta en esta feria, que tiene lugar el lunes de la cuarta semana de noviembre.
Origen poco claro
Existen varias leyendas sobre el origen del mercado suizo de cebollas. La más popular es la teoría según la cual el evento tiene sus raíces en el mercado de San Martín. Éste, desde el siglo XV, tenía lugar en Berna durante dos semanas a principios de noviembre y era el último gran mercado antes de entrar al invierno (el verano europeo empieza en junio y termina en septiembre).
Les permitía a los campesinos vender las hortalizas y frutas estivales que habían sobrado y a los habitantes de la ciudad aprovisionarse con alimentos para el invierno.
Se cuenta que en el mercado de San Martín se vendía todo tipo de alimentos, menos cebollas.
Con el tiempo, unos campesinos empezaron a vender cebollas en un lugar aparte la noche anterior al inicio de la feria. Así nació el mercado de cebollas.
Mientras el mercado de San Martín hoy ya no existe, el mercado de cebollas ha sobrevivido y es más popular que nunca.
Cada año atrae a miles de visitantes tanto del propio país como del extranjero.
Los visitantes caminan por los numerosos puestos mercantiles y admiran la gran variedad de los productos, que, además de cebollas y otros alimentos, también comprende artesanía, vajilla tradicional y souvenires.
Gran fiesta popular
El hecho de que el mercado de cebollas comience en la madrugada también tiene razones históricas: en la mañana, la cebollas eran más baratas que en la tarde, cuando ya no había mucha variedad.
Por eso, la gente empezaba a visitar el mercado cada vez más temprano y esta costumbre se ha mantenido hasta el día de hoy.
A las seis de la tarde termina el mercado oficial y ahí es cuando empieza la gran fiesta. Los visitantes se divierten con las atracciones de feria, los niños se tiran confeti y se comen platos típicos de cebolla, a saber, sopa de cebolla y tarta de cebolla, entre otros.
La fiesta se extiende hasta muy tarde en la noche, en medio de la algarabía de los asistentes.
La autora, Tina Huber, es una periodista suiza que hace una pasantíaen Página Siete.
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