Un cementerio de niños no nacidos fue inaugurado este miércoles en Roma en el camposanto Laurentino, con el fin de que los fetos de los abortos “espontáneos o terapéuticos” reciban sepultura.
En el llamado “Jardín de los Ángeles”, un área de 600 metros cuadrados con dos estatuas de ángeles en mármol blanco y camelias, la teniente de alcalde de la capital Sveva Belviso explicó que el proyecto responde “a la petición de varias madres” para que sus hijos sean enterrados.
La ley italiana no obliga a enterrar a los fetos, pero este cementerio, según Belviso, “responde a la exigencia de dar un lugar de sepultura a los cuerpos de los niños no nacidos que, sin una petición explícita, son eliminados del mismo modo que se hace con los desechos hospitalarios especiales en los vertederos”.
Aclaró que este proyecto “no interfiere en la ley del aborto”, que en Italia permite la interrupción del embarazo antes de los 90 días de gestación; entre el cuarto y quinto mes, siempre que sea por problemas de naturaleza terapéutica; cuando corra peligro la vida de la madre o cuando se detecten malformaciones en el feto.
Belviso matizó que el Jardín quiere “dar una respuesta a las peticiones de aquellos que con la sepultura de su hijo intentan restituir el valor a ese feto, que de otra manera sería considerado un residuo hospitalario”.
Las lápidas de los no nacidos serán todas blancas, “no será necesario poner el nombre de la madre” y se podrán plasmar en ellas “nombres de fantasía”, aunque detrás aparecerá un código de identificación, añadió.
El cementerio podrá ser usado por todo aquel que haga la correspondiente petición al Ayuntamiento, “tendrá su espacio dedicado y en un día o dos podrá enterrar el cuerpo”, aseveró.
En Italia ya existe un cementerio similar en la ciudad de Milán (norte del país).
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