México es la nación más septentrional de la América Latina. Ocupa el primer lugar en cuanto a población, en toda la América de habla española. Su nombre oficial es Estados Unidos Mexicanos, aunque comúnmente se le designa con el de República Mexicana, o simplemente, México.
En 1808, se supo en México que Napoleón Bonaparte había invadido España, y que un francés usurpaba la corona del rey español Fernando VII. Estos acontecimientos despertaron en la América colonial sentimientos de rebeldía, ideales largamente reprimidos, vieron la ocasión para romper el eslabón de la opresión y luchar por la independencia, alegando que no había por qué someterse a Francia. En México el licenciado Primo de Verdad y Ramos funcionario público sostuvo un encendido discurso alegando que el pueblo debía ser soberano. Por su manifiesto fue encarcelado, pero la semilla de la independencia estaba ya sembrada. Le tocó al cura del pueblo de Dolores, don Miguel Hidalgo y Costilla (izquierda) preparar con otros patriotas la lucha por la independencia.
El sacerdote mexicano había nacido el 8 de mayo de 1753, en Pénja-mo, Guanajuato. Era párroco de la congregación de Dolores, muy progresista, conocía los derechos de los indígenas, y se ocupaba de su educación; introdujo en México el cultivo de la vid y del gusano de seda, alentó la organización de fábricas y talleres de artesanías. Gracias a su generosidad se había ganado el cariño y la fidelidad de los habitantes del lugar.
Mientras Hidalgo armaba y animaba al pueblo de Dolores para luchar por la independencia, muy lejos de allí, en Querétaro, doña Josefina Ortiz de Domínguez, esposa del corregidor organizaba a los conspiradores en las tertulias que realizaba en su casona, pero un traidor denunció la conspiración y el corregidor recibió órdenes de aprehender a los patriotas. Pero doña Josefina logró prevenir a los jefes de la revolución: los militares Ignacio Allende, Juan Aldana, Mariano Abasolo y el cura Miguel Hidalgo.
El cura revolucionario ante esta eventualidad, precipitó los hechos y la madrugada del 16 de septiembre de 1810 hizo tocar a rebato las campanas de la parroquia de Dolores, convocó al pueblo y se lanzó el grito de independencia. El capitán Allende se levantó con su regimiento de dragones y el pueblo se unió a ellos. La revolución había estallado, violenta e inconteni-ble. Para fines de septiembre se hallaban fren-te a Guanajuato donde hallaron férrea resistencia de los realistas, pero gracias a la intervención del “Pípila” se pudo tomar por asalto la fortaleza de la alhóndiga de Granadinas
En pocos días cayeron las ciudades de Celaya y Salamanca. En Atomilco Hidalgo tomó el estandarte de la virgen de Guadalupe, símbolo de su movimiento. Después cayó Valladolid. El 19 de octubre de 1810, publicó un bando aboliendo la esclavitud, suprimió el tributo de cas-tas y redujo los impuestos. El 20 de octubre, en Indaparapeo José María Morelos y Pavón se unió a las filas de Hidalgo. Por otro lado otros rebeldes como Iriarte tomó Zacatecas, Torres entró en Guadalajara y el cura Mercado tomó Tepic y San Blas. Hidalgo intentó tomar la ciudad de México, desistiendo en el intento.
El 17 de enero de 1811, a la salida de Gua-dalajara el realista Félix María Calleja derrotó a Hidalgo en el puente de Calderón, el religioso huye hacia el norte y en marzo cae en una emboscada, para ser derrotado en Monclova, donde Hidalgo es capturado y trasladado a Chihuahua. Finalmente Allende, Aldana y Ji-ménez fueron pasados por las armas. Más tar-de se procedió a degradar al ex párroco de Dolores, acusado de alta traición, promotor de crímenes y conspiración, al amanecer del 30 de julio de 1811 Hidalgo fue fusilado y luego decapitado, la lucha continúa en otros frentes.
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