Un incendio en una discoteca del sur de Brasil repleta de estudiantes universitarios dejó al menos 232 muertos este domingo, en su mayoría asfixiados en un tumulto por el pánico y una nube de humo negro.
En medio del caos, decenas de personas quedaron tiradas en la calle fuera de la discoteca, para desesperación de sobrevivientes y bomberos que intentaban reanimarlas y abrir agujeros en las paredes con pesados martillos para rescatar más gente.
A pesar de las llamas, las puertas de la discoteca Kiss de la ciudad de Santa María, en el estado de Rio Grande do Sul, fueron trancadas, y decenas de personas se agolparon para intentar derribarlas y escapar, contaron testigos. Hay también 116 heridos, según el último balance de la policía y los bomberos.
El fuego se inició en la madrugada, hacia las 02h00 (04h00 GMT), luego de que un integrante de una banda musical que tocaba en el escenario lanzara una bengala, según los bomberos y testimonios. Recién fue controlado cinco horas después.
"Fue un horror. Perdí a un amigo muy cercano. Las salidas de emergencia eran insuficientes; perdí de vista a mi amigo en la confusión", dijo el joven dentista Mattheus Bortolotto al canal de televisión Band News.
"Una chica murió en mis brazos. Sentí cómo su corazón dejaba de latir. Sólo había visto eso en el cine", relató.
"Las barreras metálicas utilizadas para organizar las filas de espera bloquearon la evacuación. Las personas se entrechocaban, caían (...) Los que estaban en el fondo de la discoteca quedaron atrapados", añadió.
Puerta cerrada
"Gritamos 'fuego, fuego', pero el (encargado de) seguridad abrió los brazos para mantener la puerta cerrada. Unos cinco o seis derribaron al de seguridad y tiraron la puerta abajo. Era la única salida", dijo Murilo de Toledo, estudiante de medicina de 26 años, otro sobreviviente.
Una vez fuera, el joven quiso ayudar a sus amigos. "El fuego era muy fuerte, quemaba y sofocaba, no podíamos entrar. Agarrábamos a quien podíamos y lo tirábamos hacia afuera, yo agarré a alguien por los pelos para sacarlo", dijo a la radio CBN.
"Había un montón de gente, unos encima de los otros. Hubo gente que entró en el baño pensando que era la puerta, una vez allí no conseguía más salir, se desmayaron, morían en el baño", relató.
Los muertos son "232, de éstos 120 hombres y 112 mujeres", la mayoría "asfixiados", dijo a la AFP Rois Tavares, subcomandante del batallón de operaciones especiales de la policía militar de Santa María.
Las personas "entraron en pánico y acabaron pisoteándose unos a otros. La principal causa de muerte fue la asfixia", dijo por su lado el jefe de bomberos Guido de Melo.
"La seguridad trancó la salida de las personas que estaban en el local y eso causó un gran pánico y un tumulto", añadió.
Este es el segundo incendio con más muertos en la historia de Brasil, luego del fuego en un circo que dejó 533 muertos en Niterói, frente a Rio de Janeiro, en 1961, recordaron las autoridades.
Una bengala causó la tragedia
Según el jefe de bomberos Guido de Melo, el incendio en la discoteca Kiss se desató por una luz de bengala lanzada por un miembro de la banda de música que se presentaba en el establecimiento. "Usaron una fuente de fuego, de calor, y eso acabó generando la tragedia", dijo.
"La banda estaba en el palco y comenzó a usar fuegos y de repente, pararon el show y apuntaron el fuego (artificial) al techo. Ahí comenzó el fuego, era leve, pero en cuestión de segundos comenzó a crecer", relató Michelle Pereira, otra sobreviviente.
"Tememos que la mayoría (de las víctimas) sean estudiantes nuestros", dijo a la AFP el vicerrector de la la Universidad Federal de Santa María, Dalvan Reinert, aludiendo a alumnos de los primeros cursos de las seis facultades de esa institución, que organizaban la fiesta en la discoteca.
El permiso de la discoteca otorgado por los bomberos para operar "está vencido desde agosto", indicó el comandante del cuerpo de bomberos de Rio Grande do Sul, Moisés da Silva Fuchs, a la prensa local.
Jóvenes sobrevivientes, algunos con los rostros ennegrecidos por el humo, y familiares aguardaban con angustia la identificación de las víctimas frente al instituto forense de Santa María, una ciudad universitaria de 262.000 habitantes.
La policía pidió a los familiares que lleven fotos de los jóvenes para facilitar la tarea, y pidieron a la población que done sangre.
La presidenta Dilma Rousseff adelantó su retorno de Chile, donde participaba en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), para visitar el lugar de la tragedia.
"Estamos juntos en este momento de tristeza y necesariamente lo vamos a superar", dijo emocionada la mandataria.
La ciudad de Santa María decretó 30 días de duelo e instaló un equipo de ayuda psicológica para los familiares de las víctimas.
El expresidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), expresó su "solidaridad a los amigos y familiares de las víctimas y a toda la población de la ciudad". "Todo Brasil está triste y de luto", añadió.
La tragedia recuerda el incendio en la discoteca República Cromañón en Buenos Aires, el 30 de diciembre de 2004, que dejó 194 muertos y 1.432 heridos.
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