¿Qué implica? La honestidad es la honradez, la dignidad y la decencia en la conducta de los(as) asociados(as).
Las cooperativas se basan en los valores de ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad.
Siguiendo la tradición de sus fundadores sus miembros creen en los valores éticos de honestidad, transparencia, responsabilidad social y preocupación por los demás.
En números anteriores de la revista Así se presentó el concepto de los primeros seis valores. A partir de este domingo se verán los cuatros restantes.
Las cooperativas están obligadas a un manejo honrado, transparente y diáfano de los recursos, con el fin de ganar la confianza de todos los asociados. La honestidad significa probidad, buena fe en la toma de decisiones y transparencia en la información.
Es además aprender a administrar la propiedad colectiva que se genera en la gestión de la empresa dándole la utilización adecuada.
La honradez debe ser característica de la unidad cooperativa como empresa económica. Se refiere a la administración de la misma por gerentes o personal especializado, cuya labor debe ser absolutamente honesta y libre de dolosos manejos. Tiene que ver con los directivos, que deben actuar siempre apegados a los más estrictos cánones de la honestidad, de la honradez.
De la misma manera los socios deben comportarse honradamente, frente a la cooperativa, su empresa. Buscar siempre los medios para que ella economice en sus gastos y aumente sus ingresos.
Jamás sustraer ningún bien de ella, pues el daño que se inflige a la cooperativa se le infiere también al propio bolsillo del asociado. Honradez de cara a sus compañeros en el seno de la empresa que es de todos.
Pero, no se concibe un cooperativista honrado en su conducta dentro del movimiento cooperativo y carente de esa virtud en su vida personal, familiar o profesional. Si lo que perseguimos en última instancia los cooperativistas es la forja de un hombre nuevo, no se puede imaginar un ser humano éticamente esquizofrénico. Honrado en su cooperativa y deshonesto en su vida personal, familiar o profesional.
Esta virtud o valor es, pues, fundamental para la creación de un nuevo sistema socio-económico, toda vez que es imposible un nuevo sistema socio económico sin nuevos hombres y mujeres, adornados en su espíritu por esos valores señalados por Lars Marcus y muy en particular por la honradez y transparencia..
Evolución e historia Mondragón, consolidación y cooperativismo
El valor de la honestidad tiene una historia larga y consagrada dentro del Movimiento Cooperativo. La acción cooperativa no es simplemente una forma disfrazada de interés personal. Una Cooperativa no es simplemente una asociación de socios, sino una colectividad. Al confiar en la acción conjunta se comprometen con los intereses generales del grupo y con los particulares de cada individuo que lo forma. Y lo más importante es que esta actitud solidaria una vez naturalizada dentro de la cooperativa pasa de ser una energía que se queda dentro de la Cooperativa a ser una energía que la Cooperativa enfoca hacia el exterior, poniéndola al servicio del bien común, no ya del propio de la Cooperativa, sino del de la sociedad.
TRANSPARENCIA
En una Cooperativa hay “transparencia” cuando la información es administrada entre asociados(as) y dirigentes de manera clara, veraz y oportuna. En la base de la transparencia está la confianza, la comunicación y la franqueza. Se oponen a ella el encubrimiento y el engaño.
La transparencia es un valor aplicado a la conducta humana, no significa otra cosa que permitir que los demás entiendan claramente el mensaje que les estamos proporcionando y perciban un mensaje que exprese lo que realmente deseamos o sentimos.
Ser transparente es ser claro, evidente, no expresarse con ambigüedad.
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