domingo, 24 de junio de 2012

Descuartizador : En la mente del criminal que despedazó y se comió a su víctima

“En el futuro tendrán noticias de mí. Esta vez, las víctimas no serán animales, sino seres humanos. Una vez pruebas el sabor de la sangre, ya no puedes parar". Con estas palabras el canadiense Luka Rocco Magnotta, capturado semanas atrás por asesinato, anunció su crimen en una carta al periódico The Sunday Times. Nadie le creyó. Al fin de cuentas las amenazas provenían de un actor porno fracasado que, más que por sus películas triple X, era conocido por los videos que subía a YouTube donde aparecía torturando gatos recién nacidos.

Las autoridades creyeron que se trataba de un intento desesperado por llamar la atención, pero Magnotta hablaba en serio. El 25 de mayo torturó y asesinó frente a una cámara de video al que aparentemente era su amante, Jun Lin, un estudiante chino de 32 años. Amarró a su víctima a la cama, la apuñaló, le cortó la garganta y la desmembró mientras escuchaba la canción True Faith, la misma con la que comienza la película American Psycho.

No contento con esto, cometió las peores aberraciones con el cadáver. Después de tener relaciones sexuales con el cuerpo sin vida, se comió algunas partes, guardó la cabeza en el refrigerador y envió por correo las extremidades de la víctima a los dos principales partidos políticos del país. El paquete que contenía un pie llegó a la sede de los conservadores, y la mano, que tenía como destinatario a los liberales, fue interceptada por la empresa de envíos. El torso apareció en una maleta repleta de gusanos cerca a un depósito de basura.

Cuando la Policía llegó a la escena del crimen, en el modesto edificio de Montreal donde vivía el actor, Luka iba rumbo a Francia. Pasó desapercibido en inmigración usando una de sus tantas identidades falsas. Curiosamente, esta vez eligió el nombre de Catherine Tramell, el mismo de la asesina en serie de la película Bajos Instintos. Eso sí, antes de huir subió a la web el video de 11 minutos de su macabro crimen con el título Un lunático, un picahielo.

No podía dejar pasar la oportunidad de mostrarle al mundo su sevicia, pues siempre había estado obsesionado con la idea de salir del anonimato. De hecho, en las redes sociales se describía como exitosa estrella porno y ganador de un reality de modelaje. Todo era mentira y lo único verdadero de su perfil era su vanidad extrema. "Luka Magnotta tiene dos motores: la ira y la sed de celebridad. Él sabe que puede lograr sus objetivos haciendo algo escandaloso y por eso en su mente retorcida creó esa escena espeluznante, posiblemente para vengarse de la traición de su pareja y para asegurarse de que su crueldad lo hiciera mundialmente famoso", le explicó a la revista colombiana Semana la sicóloga forense Katherine Ramsland.

Hoy Magnotta está acusado de asesinato premeditado y podría ser extraditado a Canadá.

Magnotta fue capturado la semana pasada en un café internet de Berlín mientras buscaba información sobre sus delitos. Cuando la Policía le preguntó si era el fugitivo canadiense, respondió "Sí, soy yo" y se entregó sin oponer resistencia. Finalmente, el descuartizador de Montreal, como lo llaman los medios, se salió con la suya. Su foto salió en la primera página de los periódicos de Europa, apareció en la lista roja de la Interpol y se convirtió en el protagonista de uno de los videos más buscados en la red. Ya es famoso.


EN LA MENTE DE LUKA

“No hay criminales sino personas que cometen crímenes”, aclara José Cabrera cuando se le pide un perfil sicológico de Magnotta. El siquiatra forense español no ha encontrado “dos casos siquiera semejantes” entre los 500 homicidas que ha estudiado en su vida profesional, aunque apunta algunos rasgos que podrían configurar la personalidad de un hombre capaz de semejante atrocidad. A su juicio, se trataría de “una persona con un grave trastorno de la personalidad, con mucho odio hacia los demás y probablemente bajo los efectos de sustancias tóxicas que nublan la conciencia y convierten a las personas en objetos”.

No necesariamente habría detrás un trastorno o enfermedad mental, como a muchos les gustaría para aliviar la angustia de imaginar que hay personas por ahí sueltas capaces de estas acciones, señala el siquiatra. Estos asesinos “suelen ser sujetos solitarios, frustrados y con mucho rencor, que se nutren en su soledad de televisión, cine e Internet”. Rocco Magnotta, que se sometió a cirugía plástica para parecerse a James Dean y se presentaba como “ángel, bisexual, escort, stripper y actor porno”, mantenía una activa vida en las redes sociales. El diario francés Le Figaro lo describió como «el asesino de la generación Facebook» y precisamente fue detenido en un cibercafé de Berlín. Dos días después de su arresto se descubrían tres vídeos que colgó en Internet entre el 3 y el 4 de junio durante su huida en los que aparece con el pelo rubio y dice: “¿Qué tal? Hola a todos mis fans”.

Con la prudencia por el desconocimiento de los datos básicos para la emisión de cualquier informe sico-criminológico, el profesor de Sicología y Criminología Juan José Garrido ve en Magnotta los rasgos de un sicópata, una persona “que presenta un escaso nivel de responsabilidad, manifiesta un alto grado de egocentrismo y rechaza las normas sociales y morales”. Al igual que Cabrera, cree que en la personalidad desestructurada del presunto descuartizador impera el rencor y el odio que puede deberse a maltrato o abusos sexuales en la etapa infantil, causas genéticas, desequilibrios químico mental o padecimiento de abusos síquicos y de injusticia social.

¿Qué pretendía al enviar los restos de su victima? “Proyectar en las personas a las que se los mandaba la causa de sus males e ir acrecentando su propia mitología personal creada durante años a través de escritos y fotografías en la Internet”, responde el profesor del Instituto de Criminología de la Universidad Complutense de Madrid. Muerta la víctima, añade Garrido, “regresa a su enorme soledad, a la furia y el odio contra sí mismo”.

Acerca del acto de canibalismo Cabrera dice que “el canibalismo lo ha ejercido el hombre desde siempre por razones mágicas, religiosas o como simple venganza con el enemigo. Hoy no tiene ningún sentido si no es como un acto cosmético anómalo añadido a la muerte y destrucción de la víctima” que no se realizaría, a juicio del siquiatra forense, por placer ni para adjudicarse propiedades del muerto como antaño “sino por simple afán de notoriedad y desprecio de la sociedad”, concluye Cabrera.

Una visión distorsionada
Nacido el 24 de julio de 1982 en Toronto, se cambió el nombre de Eric Clinton Newman en 2006 por el de Luka Rocco Magnotta aunque también se sabe que ha utilizado otros nombres como Vladimir Romanov, Mattia del Santo o Kirk Newman. Estuvo bajo sospecha de sadismo por torturar cruelmente a gatos en 2011. “Lo más habitual es que este tipo de sujetos, afortunadamente escasos, aparte de una gran soledad, ausencia de patrones afectivos y de criterios morales, tienen una visión distorsionada de sus semejantes; los ven como ‘amenazadores’ y en cierto modo quieran darnos una lección a todos de la inteligencia perversa que poseen", explica el siquiatra forense José Cabrera.

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