Nueva York, julio 1993.- Una infracción de tránsito permitió a la policía de Nueva York, descubrir a un asesino tímido, que se dice incapaz de cometer violencia contra otra persona, pero que ha confesado más homicidios que Jack el Destripador.
Joel Rifkin, de 34 años y jardinero, tenía dos pasiones: las flores y las mujeres. Con las flores lograba hablar, pero con las mujeres no, y sólo frecuentaba prostitutas, algo que no podía evitar, y que causaba un odio terrible.
Esto fue lo que relató a la policía que lo detuvo en la calle porque su camioneta no tenía los papeles en regla, y que descubrió el cadáver de una muchacha en el baúl: “La he matado yo, dijo, era una mujer de la calle y es sólo la última de la serie. He matado a otras 20 como ella”.
Los investigadores han identificado a dos de las víctimas y están verificando se la confesión de Rifkin se aplica a una lista de 18 prostitutas asesinadas en los últimos cinco años.
Los recuerdos del homicida son confusos. En algunos casos ha indicado la calle donde abordó a la víctima, en otros describió su rostro, o el vestido o una alhaja.
Después de haber obtenido su cuarto hora de amor pagado, Rifkin estrangulaba a la mujer o la sofocaba con una almohada.
Elegía sólo blancas como él, o asiáticas, jamás negras. No usaba nunca armas, y tenía horror a la sangre.
El arresto se produjo a las 3 de la madrugada entre el domingo y el lunes. Deboran Spaargaren y Sean Ruane, fueron los dos agentes de la policía de caminos que interceptaron a la camioneta sin placa en la autopista de Long Island. (ANSA).
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