jueves, 19 de julio de 2012

Hablemos del placer que da mirar a otros y del peligro que puede representar. Vouyerismo

Caminas apurado para cobrar un cheque en el banco y te detienes por completo para admirar una faldita corta combinada con un escote muy generoso. De pronto cobrar el cheque ya no es tu prioridad, esa falda y escote te han alegrado todo el día y lo demás ya no tiene mucho sentido; intentas decir algo a tan provocadora mujer, pero no quieres parecer un pervertido, así que tontamente simulas que estás contestando tu teléfono celular, todo para poder detenerte y mirar un poco más. Sí, es muy lindo mirar y admirar curvas, ellas también lo hacen, pero lo admiten poco. Todos disfrutamos una buena “fisgoneada”. ¿Esto nos convierte en voyeuristas?

Según el psicólogo y psiquiatra Franz Siles, sí. Todos tenemos un grado de vouyerismo, es decir, sentimos placer al mirar, incluso sentimos placer en el peligro de poder ser descubiertos mientras miramos. El asunto se convierte en patología, cuando la única forma de llegar a la excitación y al placer sexual, es a través de la mirada, únicamente, o cuando espiar desencadena conflictos graves en quien lo hace. Como en cualquier otra actividad, sexual o no, es el exceso determina que se le clasifique negativamente.

Voyeurismo es entonces el placer obtenido de admirar el erotismo únicamente con los ojos. El tipo de práctica, la compulsión, y el consentimiento de terceros; determinará si se trata de una desviación, un delito (en algunos países), o simplemente una práctica recurrente en el menú sexual de cualquiera.

En esta tendencia la pornografía no tiene cabida, cuenta el psicólogo, debido a que se trata de una producción hecha para que la miren mucho, por lo tanto se pierde el sentido de espiar.

COMPLEMENTARIEDAD. Si se habla de complementariedad y reciprocidad, en el caso del vouyerismo tenemos el exhibicionismo. “La persona que accede al goce sexual, a través de la observación en circunstancias de connotación sexual, se complementa con alguien que se exhibe y disfruta cuando lo miran. Haciendo diferencia entre el exhibicionismo natural y el que se convierte en el único camino para vivir a plenitud la sexualidad”, explica Siles.

Los problemas psicológicos tanto para el que mira, como para el que se deja ver, comienzan cuando esa se convierte en la única forma de experimentar excitación y placer sexual.

Aunque no existe ninguna teoría concluyente, las teorías más fuertes en torno al vouyerismo, relacionan esta condición con circunstancias reprimidas en cada persona. “En personas que tienen más esta característica (vouyerismo) han ido privilegiando más desde la infancia, en las que sus primeras aproximaciones a la sexualidad han estado ligadas a la observación”, comenta el psicólogo y añade que la tendencia voyeurista no necesariamente tiene que ver con traumas de la infancia.

EL PELIGRO. La imagen de la persona que espía a otras o que se exhibe abriendo su abrigo en un parque, queda un poco lejana con esta explicación, ya que al final de cuentas los únicos que se verían afectados con estas tendencias, son los que las practican.

En esta época de tecnologías para la comunicación la práctica vouyerista se facilita, añade Siles. Las redes sociales se han convertido en el espacio indicado para “espiar” vidas ajenas y, en el caso de la dualidad, para exhibir hasta los más íntimos detalles del día a día de las personas.

¿CORTEJO?

En la sexología, existe una construcción teórica llamada "Trastorno del Cortejo". Primero, define cuatro pasos en el cortejo masculino:

1. Los pasos

Buscar y evaluar potenciales parejas sexuales; interacción sin contacto físico, como sonreírles y hablar con ellas; interacción con contacto físico, como abrazarlas, besarlas, e intercambiar algunas caricias íntimas; y finalmente, la relación sexual.

2. Patrones de comportamiento

En segundo término, relaciona estos pasos con determinadas parafilias o patrones de comportamiento: con voyeurismon exhibicionismo y con Frotismo (frotar los genitales en una persona sin su consentimiento); cuatro con Biastofilia (que les excita el abuso sexual). Bajo esta perspectiva, el Voyeurismo sería una anomalía en la etapa de búsqueda y evaluación.

3. Delito

Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría, se trata de un tipo de parafilia. El voyeurismo furtivo está penado, y en muchos países se considera un delito sexual.

4. Voyeur digital

El director del Observatorio Español de Internet, Francisco Canals, alertó sobre la "llegada masiva" del voyeurismo electrónico, un fenómeno que ha coincidido con el auge de la telefonía móvil, que se calcula que existe uno por habitante, más de la mitad de ellos dotados con cámara fotográfica.

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