domingo, 13 de enero de 2013

Cada día lleva a unos cuatro millones de pasajeros a sus destinos Metro de Londres transporta 150 años de gloriosa historia

Símbolo de Londres, refugio durante la Segunda Guerra Mundial, medio de transporte de cuatro millones de pasajeros diarios pese a las averías frecuentes, el “tube”, el metro más viejo del mundo, cumplió 150 años el jueves 10 de enero.

Esa misma fecha pero de 1863, después de sólo tres años de obras financiadas por una empresa privada, abrió al público la primera línea de metro londinense.

Largas filas se formaron en cada estación para embarcar en uno de los vagones tirados por una locomotora de vapor e iluminados por lámparas de gas.

Los pasajeros podían viajar en primera, segunda y tercera clases. Y en vagones de fumadores y no fumadores a partir de 1874.

“Vagones agradables”

El Daily News resumía así la euforia reinante: “Por primera vez en la historia del mundo, los hombres pueden desplazarse en vagones agradables (...) por debajo de las tuberías del gas y del agua... por debajo de los cementerios”. Los vagones son “tan altos que un hombre de 1,80 metros puede permanecer de pie con su sombrero puesto”, se maravillaba uno de los primeros pasajeros, William Hardman.

Esa primera línea, destinada a descongestionar la entonces mayor capital del mundo, colapsada por carretas y diligencias, conectaba Paddington y Farrigdon, y enlazaba tres estaciones de tren.

Longitud total: 4,8 km. Estaciones: siete. Un siglo y medio después, el metro de Londres tiene 402 km y 270 estaciones, y registra más de 1.100 millones de trayectos anuales.

Como la sangre

“Es la sangre que irriga Londres”, explicó David Waboso, director de inversiones de TfL, el organismo londinense que gestiona el metro.

Reconocimiento supremo de su éxito, “el signo del ‘tube’ -un círculo rojo cruzado por una barra horizontal azul- se ha convertido en el símbolo de Londres”, señaló Oliver Green, coautor del libro Undergound.

El “tube” es ineludible e incluso el superespía James Bond, generalmente más aficionado a los bólidos que al transporte público, lo utiliza en Skyfall, su última aventura cinematográfica.

El metro ha vivido siempre al ritmo de los grandes acontecimientos de la capital británica. Por ejemplo, unos 175 mil londinenses se refugiaron de los bombardeos alemanes y se instalaron enfermerías en las estaciones.

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