miércoles, 9 de enero de 2013

Cuenca es la “tierra prometida” para los estadounidenses que huyen de la crisis

Cuenta la leyenda que “sólo un pequeño grupo de expatriados gravitaban por Cuenca antes de 2008”.En realidad no se trata de una leyenda, sino de un artículo publicado en Gringo Tree, un sitio de internet manejado por extranjeros residentes en esta ciudad ecuatoriana, que en los últimos cuatro años han llegado en masa: entre 4.000 y 5.000, de acuerdo con organismos oficiales y privados.

Según continúa la historia de Gringo Tree, esta ciudad ubicada en el sur de Ecuador, a 2.500 metros de altura, se convirtió en “el” destino mundial para extranjeros en septiembre de 2009, cuando la revista International Living, consultada por los estadounidenses que planean mudarse fuera del país, la catalogó como “el principal destino en todo el mundo para retirarse”.

La revista alemana Stern la calificó como el mejor lugar en América Latina para extranjeros y National Geographic la incluyó en su lista de las 50 mejores ciudades históricas del mundo.

“Cuenca es una ciudad hermosa con varios atractivos, pero hay muchas ciudades encantadoras en América Latina. Lo que la hace especial es que cuando buscas en Google ciudades baratas para vivir, sale primera”, explica Matthew Hayes, investigador de la Universidad Fredericton de Canadá.

Según el especialista, ubicarse primero en una búsqueda de Google implica mayor atención, y eso lo que ocurrió en Cuenca.

“No sólo pensionados”

“Pensábamos que en algún momento podríamos viajar y venir a Latinoamérica, a Panamá o a Costa Rica, pero de repente Ecuador apareció en nuestro radar”, cuenta Mike Grimm en su departamento ubicado en la orilla de uno de los cuatro ríos de la ciudad.

Según el investigador Hayes, la crisis económica en EEUU provocó la pérdida de trabajo de muchos mayores de 60 años, redujo sus pensiones y en algunos casos les quitó sus hogares, y Cuenca es un lugar donde todavía pueden disfrutar de un “retiro confortable”.

“Creo que la crisis económica en EEUU de hace cuatro años tomó a la gente con la guardia baja. Comenzaron a usar sus ahorros y sus pensiones para pagar las cuentas. Nosotros decidimos que no queríamos hacer eso”, dice Patty Grimm.

Para ella, quienes están llegando a la ciudad no han hecho una planificación. “Vienen acá y una vez que llegan se preguntan: ‘¿Y ahora qué?’. E incluso hemos visto llegar familias, parejas con sus hijos y no son sólo pensionados”, agrega.

Uno de esos “no pensionados” es Peter Boynton, quien llegó en 2009 con su novia y su amigo Benjamin. Él y su actual socio en una compañía productora de música habían perdido su trabajo el mismo día en EEUU. Desde su arribo a Cuenca, Boynton vivió las vicisitudes que más de un joven latinoamericano ha sufrido en los países del norte. Debió trabajar como camarero hasta que su negocio prosperó.

Cuenca es la capital del Azuay, que junto a Cañar son las dos provincias de Ecuador que más emigrantes han enviado a EEUU y a Europa.

Muchos de ellos han recomendado su ciudad a los estadounidenses que dejaron su país por la crisis, la misma crisis que obligó a muchos ecuatorianos a retornar. (BBC)

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