Cuarto principio cooperativo que también mantiene la esencia de un sistema de principios y valores .
Los principios y valores son los elementos distintivos de las organizaciones y empresas cooperativas. Ya en 1844, los Pioneros de Rochdale, fundadores de la primera cooperativa de la historia, habían formulado un sistema de principios simple, claro y contundente, que les aseguró la conducción de la organización en beneficio de sus miembros.
La nueva Declaración de Identidad Cooperativa adoptada por la II Asamblea General de la ACI -que se realizara en el mes de setiembre de 1995 en la ciudad de Manchester, en oportunidad de la celebración del Centenario de la Alianza- incluye una nueva definición de cooperativa y una revisión de la formulación de los Principios y Valores Cooperativos. La nueva formulación mantiene la esencia de un sistema de principios y valores que demostró ser eficiente en más de 150 años de historia y contribuyó a transformar al cooperativismo en una de las mayores fuerzas sociales y económicas a nivel mundial, a la vez que incorpora nuevos elementos para una mejor interpretación del momento histórico actual.
Las cooperativas son definidas por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) como una “asociació́n autónoma de personas que se han unido de forma voluntaria para satisfacer sus necesidades y aspiraciones economicas, sociales y culturales en comú́n, mediante una empresa de propiedad conjunta y gestión democrá́tica”.
Su funcionamiento se basa en los denominados valores cooperativos —autoayuda, auto-responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad—Siguiendo la tradició́n de sus fundadores, los socios cooperativos hacen suyos los valores é́ticos de honestidad, transparencia, responsabilidad y vocación social.
Estos valores se ponen en prá́ctica a travé́s de los principios cooperativos, establecidos por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI, 1995), los cuales se configuran en pautas de actuació́n para las cooperativas. Estos principios son los siguientes: 1) adhesió́n voluntaria y abierta;
2) gestió́n democrá́tica por parte de los socios; 3) participación econó́mica de los socios inspirada en los valores cooperativos; 4) autonomí́a e independencia; 5) educació́n, forma- ció́n e información; 6) cooperació́n entre cooperativas; y 7) interé́s por la comunidad.
AUTONOMÍA E INDEPENDENCIA
Las cooperativas son organizaciones autónomas de ayuda mutua, controladas por sus miembros. Si entran en acuerdos con otras organizaciones (incluyendo gobiernos) o tienen capital de fuentes externas, lo realizan en términos que aseguren el control democrático por parte de sus miembros y mantengan la autonomía de la cooperativa.
Las cooperativas no deben ser dependientes de ningún Estado, sea del signo que sea, por el hecho de recibir de éste créditos o ayuda técnica para su constitución. Tampoco debe ser dependiente de ningún ente privado, nacional o internacional. De otro modo se vulneraría el principio del control democrático por sus miembros.
Tampoco deben las cooperativas perder su autonomía y libertad de acción en el caso de que lleguen a acuerdos económicos con empresas públicas o privadas.
Benedicto XVI defensor del modelo cooperativista
El papa Benedicto XVI considera que las cooperativas agrícolas representan "una visión alternativa a los modelos económicos que tienen como único objetivo el beneficio y el interés de los mercados" y pueden poner fin a la tendencia a la especulación con los alimentos básicos destinados al consumo humano.
El Papa así lo ha manifestado en un mensaje enviado al director general de la FAO, José Graziano Da Silva, y hecho público por el Vaticano con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación 2012, que tiene por lema "Las cooperativas agrícolas nutren al mundo".
En su mensaje, el Pontífice señala que esta jornada se celebra mientras los efectos de la crisis económica afectan cada vez más a las necesidades primarias de las personas, "incluido el derecho fundamental de toda persona a una nutrición suficiente y sana".
Benedicto XVI defendió el modelo de cooperativa, al considerar que además de impulsar el trabajo agrícola permite a las poblaciones rurales intervenir en momentos decisivos y es un instrumento eficaz para realizar el desarrollo integral de la persona.
"Las cooperativas agrícolas representan una visión alternativa a los modelos económicos que parecen tener como único objetivo el beneficio, el interés de los mercados, el uso de cultivos agrícolas para fines no alimentarios y la introducción de nuevas tecnologías de producción de alimentos sin las precauciones debidas", dijo.
El Pontífice destacó en su mensaje, que fue leído en la sede de la FAO por el arzobispo Luigi Travaglino, que la Iglesia Católica siempre ha mantenido el modelo de coopera- tiva, al considerar que su actividad no sólo se limita a la dimensión económica, "sino que apoya el crecimiento humano, social, cultural y moral de todos los que forman parte de la comunidad en la que están establecidas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario