ANTECEDENTES
La palabra "Masón" tiene origen en el vocablo Galo – Maçon- que significa "albañil" o "constructor". Así la masonería llega a ser una "sociedad de albañiles", que pretende construirse a sí mismo, al suponer al hombre una piedra bruta que precisa ser pulida, porque lo mítico y lo verdadero entre sí, se entrelazan en la historia masónica, puesto que sus raíces pretenden remontarse nada más y nada menos hacia la época de Adán, quien habría sido "iniciado", en la Orden del Paraíso Terrenal por el Eterno Padre. En Latinoamérica su presencia data de la época colonial.
Normalmente los movimientos sociales y políticos han tenido (hasta cierto punto), un espacio en la masonería; es así que en la independencia de las naciones del Alto y Bajo Perú, se apoyó en esta logia: Todo ello para evitar verdaderos desastres bélicos, ya que pregona fundamentalmente la "tolerancia y fraternidad". Por ejemplo, horas antes de la Batalla de Ayacucho, se organizó una reunión de masones que aglutinó a oficiales del Ejército Libertador y del español donde en una "Tenida" (sesión en su léxico, se acordaron las condiciones de lo que iba a ser el enfrentamiento, es decir, pactar la contienda. Más aún, un brazo político para libertar al sur fueron las "logias Lautarinas", un sustento masónico. Empero, uno de sus fundadores, el chileno Bernardo O’Higgins, no fue considerado digno de este grupo al ser hijo natural y no legítimo, como exige el Manuscrito Regio. Toda una paradoja en la historia de la masonería latinoamericana.
El Manuscrito Regio (siglo XIV), estableció los dotes necesarios del nuevo miembro ("iniciado") - que rigen hasta la fecha-, que será varón, de familia conocida y entero (o sea completo en anatomía). La interpretación, hoy es más amplia y se exige, ante todo, que la persona sea libre, honorable y que goce de la recomendación de un masón.
Historia de la masonería en Bolivia
La masonería expresada en la gran logia de Bolivia y sus células organizativas.
Las logias no escapan al momento de inflexión del país (proceso de cambio, renovación y verdadera inserción a una nueva estructura social y política del país), como ausencia de propuestas para paliar la crisis como manifiestan en sus códigos (signos decodificados), decrecimiento en especial de forma cualitativa de sus miembros, e inclusive los ánimos descentralizadores y autonómicos de oriente hacia occidente que han llegado a este ámbito de origen comúnmente centralista. Puesto que esta tendencia sectaria se instaló en Bolivia con sede en la ciudad de La Paz, desde sus albores, Pedro Domingo Murillo perteneció a la cofradía y heredó un mandil masónico a su familia en el momento de su deceso en 1810. En este entorno el "principio de regularidad", ocupa un sitial preferencial. Una logia masónica para ser "regular" (reconocida o autorizada), no puede operar sin la "carta patente masónica". Se accede a ella sólo cuando otro grupo de la misma índole, ya iniciado, le traspasa ritualmente la capacidad del conocimiento esotérico, ya que se cree que el ser humano por sí solo no puede conocer lo oculto, necesitando un antecesor experto que le traspase este poder. Es así que para su funcionamiento, muchas logias masónicas bolivianas (en sus inicios), comenzaron a operar con patentes peruanas e inclusive chilenas; no obstante la invasión a los puertos bolivianos del Pacífico y posteriormente ocupados por el invasor trasandino lo que se deduce que militares de esa época tenían el rango de masón, conociendo su filosofía, simbología, rituales e historia de ordenamiento masónico. A este detrimento se sumó la persecución a las personas que alentaban esta práctica, debido a las bulas del Papa León XIII, en contra de la masonería. Es que la búsqueda de la verdad no iba de la mano con el dogma religioso y el dogma político comunista. El escenario obligó a estos grupos a mantenerse en secreto, no por filosofía menos ideología, sino por necesidad de pervivencia. Bolivia también sumergió a sus masones en el anonimato, puesto que a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, los hechos descritos llevaron a un renacimiento de la masonería boliviana. Desaparecidas las logias bajo patente peruana, el país empezó a "levantar columnas" (reabrir templos) y conseguir "regularidad", con patentes otorgadas por la Gran Logia de Masones de Chile.
Las dos vertientes de la Masonería en Bolivia
El buscar la fuente de la "regularidad" en el mundo masónico nos lleva a dos puntos históricos. Las logias que nacieron bajo la férula inglesa y las de inspiración francesa. Las primeras tienen antecedentes en 1917, cuando en la Taberna del Manzano, de Inglaterra, se reunió un grupo de "talleres" que trabajaba en el antiguo Rito de York y que decidió conformar una gran secta. Un inglés, de apellido Anderson, redactó la Constitución y reescribió los antiguos rituales, poniendo como libro principal a la Biblia, ello exigió a los masones ser creyentes de Dios como único requisito para ser admitido.
En Francia ocurrió lo contrario, por la influencia de los "enciclopedistas". El imperio de la razón vigente prohibió la inserción de la Biblia en las logias, ya que ésta, según su pensamiento, restaba libertad de pensamiento al ser humano.
Los dos polos opuestos muestran el lado intolerante de la masonería, ya que una tendencia califica a la otra de "equivocada". Una lucha vigente hasta nuestros días.
¿Cuál impera en el país?
Recién en 1930, los masones bolivianos lograron su independencia de los poderes masónicos de Chile. Para ello fue necesario el establecimiento de siete talleres, al ser éste un número cabalístico, que conformaron posteriormente la Gran Logia de Bolivia, institución que tiene autoridad sobre la totalidad del espacio territorial nacional y que tomó el apoyo, Estatutos y Constitución de su similar chileno que comulgaba con la visión inglesa.
La referida adopción explica, además, que la Gran Logia trabaje en la masonería simbólica en sus tres grados (aprendiz, compañero y maestro) los grados capitulares que forman parte del "Rito Escocés Antiguo y Aceptado" de 33 grados. Un sistema creado por Ramsey que, basado en la ideología de Anderson, recoge momentos bíblicos en el camino de cada masón, cada uno con su emblema, tenida, mandil y joyas.
Ramsey, posteriormente, vendió patentes del "rito escocés antiguo y aceptado", y de esa forma nació un "escocismo", que se desarrolla en Estados Unidos y Latinoamérica. Por ende Bolivia cuenta con 33 personas con el grado en el contexto nacional. Una escalera donde se asciende por los trabajos filosóficos. A su vez hace notar, que los grados 31, 32 y 33 implican cargos administrativos en la Gran Logia Boliviana.
El gran Maestro (máxima autoridad de la Institución que tiene el grado 33), empuña el mallete en señal de autoridad, una especie de mazo bañado de joyas.
Asimismo, la enseñanza masónica es mediante símbolos y alegorías. La persona que empieza en este ámbito (aprendiz) es considerada una piedra tosca y sin pulir; por lo tanto, su primera ropa es algo que la proteja contra sí misma. En la medida en que se desarrolla en los grados del rito que esté, la vestimenta y las joyas van a representar la idea central de ese grado: La muerte, la vida, el impulso, la dolencia, etc.
La masonería tiene varios símbolos, entre los que "destacan el nivel, el compás y la escuadra, que se refieren a la rectitud del "buen arquitecto o constructor". Éstos están entrelazados por la "G" en el medio que, de acuerdo con los estudiosos, significaría "generación o principio de vida", o "God", palabra en inglés que significa "Dios",
Los tres puntos distribuidos en forma de pirámide, indican los masones, es la forma más perfecta de representar las tres sílabas judías que en su conjunto exclaman el nombre de la divinidad: Jehová.
El Rito de York
Empero, no hay que dejar de lado a otro Rito presente en el país: El de York, en franca disputa con la Gran Logia de Bolivia. ¿Por qué? Recordar que con la llegada de empresas inglesas a comienzos del siglo anterior, se trasladaron muchos masones adeptos a los ritos ingleses, que contempla otro sistema de grados.
Así se llegó a conformar la logia "Anglo-Bolivia", reconocida de inicio por la máxima institución masónica del país. Esta secta buscó mayores espacios en la administración y, con paciencia, logró que uno de sus miembros ocupe el escaño principal de Serenísimo Gran Maestro (hoy Gran Maestro). Eso permitió su fortalecimiento y una mayor participación boliviana en el "Rito de York", que posteriormente creó una célula organizativa en español.
El nudo problemático se presentó cuando esta logia consigue la venia de la Gran Logia de Bolivia para crecer en su rito, pero en Bolivia no había posibilidades de darles "regularidad". Por ello, sus miembros deciden viajar a otros países y regresan al país investidos de grados en "Rito York", no homologados por la organización boliviana, que la tilda de "logia irregular" y la aparta. Hasta hoy el conflicto perduraría y ambas se atribuirían ser la institución suprema de los masones.
"Es norma en masonería seguir los principios de tolerancia, libertad, igualdad, fraternidad. Pero esos conceptos muchas veces se pierden en el devenir diario de una institución formada por hombres del siglo, una institución secular, donde como en cualquier lugar brotan pasiones e intereses de momentos", afirma la fuente masónica.
La lucha con la Iglesia
A la vez, los impases con la Iglesia Católica, a pesar del ecumenismo promovido por Juan Pablo II. Incluso algunos templos católicos prohibirían aún el ser padrinos a ateos, comunistas y masones.
Los desencuentros se trasladan al reclutamiento de "iniciados". Para ello la Iglesia creó el Club de Leones en respuesta a que la Masonería creó el Rotary Club. Actualmente los nuevos brazos católicos para este fin son el Opus Dei y Shoenstatt.
En el camino, la experiencia masónica ha creado círculos concéntricos de reclutamiento, donde el mínimo de edad de ingreso es de 21 años y el tope 50 años. Los menores de edad también pueden ser apadrinados por una logia en condición de "Juguetón", al cual la organización provee de educación y mantenimiento.
Los maestros consideran que los aspirantes a masones deben ser rectos como una escuadra. Pero ya dijimos que basta ser libre de buenas costumbres y gozar de una buena recomendación, que provenga de un masón. Así el "iniciado" es presentado a una logia y, después, todos los masones de Bolivia tienen derecho a pronunciarse con una votación secreta de aceptación. Luego de ello recibe la iniciación de aprendiz, un proceso espiritual de apertura de sus capacidades esotéricas.
Durante un año participa en las sesiones diarias del templo, limitándose a escuchar a sus superiores. Con el tiempo podrá aspirar a ser compañero, para lo cual debe hacer una solicitud a los maestros. En este nuevo grado ya puede emitir su opinión en los talleres. Dependiendo de su comportamiento y sus trabajos de investigación, podrá aspirar a ser maestro. La decisión del ascenso es del Gran Maestro y sus asesores. Si es aceptado habrá alcanzado el grado máximo de los masones. ¿Y el secreto masónico? Según la fuente consultada, éste no consiste en rituales, ropas o ceremonias, sino en la imposibilidad que tiene un masón de develar quién es, luego de haberse descubierto por sí mismo como ser humano, en cuanto a sus fortalezas y debilidades.
La Gran Logia de Bolivia, a los ojos de la legislación nacional, es una entidad privada sin fines de lucro, tiene el mismo rango que una institución cultural y, por lo tanto, se sujeta a las normas civiles que se establecen para ella. El juramento del masón toma en cuenta el respeto a la Constitución Política. La masonería también cuenta con su constitución y estatutos. Su Ley de Leyes resuelve que las logias obedecen a un poder central: La Gran Logia de Bolivia con sede en La Paz. Estructuralmente, la organización está gobernada por la Asamblea, la suprema entidad ejecutiva que reúne a todos los Grandes Maestros bolivianos una vez al año. La responsabilidad ejecutiva recae en el Gran Maestro y el cuerpo consultivo del Consejo de la Orden. En cambio, la justicia, masónica se imparte por cuerda separada a través del Tribunal de Honor y el Tribunal Supremo de la Orden. Hacia abajo se encuentran los representantes departamentales del Gran Maestro: Los Grandes Delegados Regionales.
El código moral de los masones consta de 15 mandamientos que señalan la necesidad de amar al prójimo a los buenos compañeros obedecer a los débiles y huir de los malvados. Pide respetar a la mujer y enseñar a los hijos principios antes "que bellas maneras".
La Gran Logia de Bolivia maneja varios fondos, uno de ellos es el Fondo de Cuota Mortuoria y otros gastos.
Cada masón debe cancelar un monto de dinero para el mantenimiento de los talleres y las oficinas de la Gran Logia de Bolivia. La cifra es uno de los misterios masones. No obstante, se asegura que los "iniciados" pagan en dólares su ingreso y los miembros otro tanto en dólares mensuales, sin contar con el "diezmo", calculado en base al total ganado.
Ref.: La Prensa, 27 de Feb. 2005, Autor Miguel Gómez Balboa
Mallete (galicismo por mazo)
Una de las fachadas de la Gran Logia de Bolivia
La escuadra, el compás forman parte del símbolo masónico incluida la letra G.
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