El derecho de los niños a hacer ruido en los espacios públicos “debe ser protegido” frente a las crecientes denuncias por el alboroto infantil en la Suiza germánica.
En esa parte de Suiza, las quejas contra el ruido de los niños se están multiplicando, un fenómeno que revela falta de comprensión y aceptación hacia los más chicos.
Gran parte del tiempo, los niños y jóvenes que se reúnen en los parques y estaciones son asimilados al acoso sonoro y al abandono de desechos en la vía pública, advirtieron asociaciones de defensa de la infancia.
“El ruido de los niños en los espacios públicos debe ser protegido porque lo necesitan, tanto para el aprendizaje como para el desarrollo de sus competencias sociales”, dijo Ivica Petrusic, de la Oficina de Contacto de las Asociaciones de la Juventud en Zúrich.
Los espacios públicos ofrecen a los niños y jóvenes la posibilidad de volverse responsables y al mismo tiempo comprender los límites y barreras sociales.
En particular se piden tres reivindicaciones: derechos y deberes iguales para todos los usuarios del espacio público; que nadie pueda denunciar a niños que juegan, y que el trabajo con jóvenes y niños en el espacio público sea más tenido en cuenta en el desarrollo de las ciudades y barrios.
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