Un estudiante de un instituto profesional de Nuremberg colocó una bomba de fabricación artesanal en el automóvil de su profesora de Inglés “para darle una lección”, según dijo el jovenzuelo.
La profesora, que le había puesto malas notas, estacionó el vehículo en un aparcadero junto a numerosos automóviles. El artefacto, al estallar en este sitio y en tales circunstancias, provocó numerosos daños, a tal punto que los cargos contra el estudiante son 24.
El estudiante de 22 años, confesó todo al inaugurarse el proceso y reconoció que el único objetivo que pretendía lograr colocando la bomba en el coche de su profesora no era otro que el de “dar una lección”, a quien consideraba la responsable del fracaso de su carrera universitaria.
Negó en absoluto que en aquella ocasión era el 22 de febrero del año pasado hubiera tenido la intención de matar a la profesora.
La explosión de la bomba un tubo cargado de pólvora incendiaria provocó daños a un albergue para extranjeros situado a 40 metros de distancia, para fortuna, nadie resultó herido.
La bomba estalló en el momento en que la profesora encendió los faroles de su automóvil.
El tribunal ha considerado conveniente someter al estudiante a un examen psiquiátrico. El proceso se reanudará después que se conozcan los resultados de tales examenes. (ANSA).
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