miércoles, 8 de agosto de 2012

Alberto Ostria Gutiérrez, su obra diplomática en España (1922 - 1926)

Fuente: L. Alcántara Lecca, Diccionario Biográfico de figuras de actualidad, La Paz, Litografías e Imprentas Unidas, 1929.

En la historia de las Relaciones Interna-cionales de Bolivia, hubo personajes destacados de creativa perspectiva, que mediante sus escritos y propuestas, idearon adecuadas y firmes bases de Polí-tica Exterior, como fue el caso de Alberto Ostria Gutiérrez, distinguido diplomático y escritor, que a través de su libro ‘Una Obra y un destino’, describe diferentes negociacio-nes y suscripciones de Instrumentos Inter-nacionales con los países vecinos, después de la Guerra del Chaco (1932-1935), que proporcio-naron a Bolivia, la “integri-dad y el respeto de su te-rritorio” y lo adecuaron como “tierra de contactos”. Sin lugar a dudas, esta doctrina sigue vigente y como un sin-cero homenaje a su trabajo, en esta nota describiremos su misión diplomática en España (1922- 1926).

Alberto Ostria Gutiérrez, -nació en la ciudad de Su-cre, el 6 de febrero de 1897. Se recibió de bachiller en el Colegio de los Padres Je-suitas, siguió luego estudios de Derecho en la Universi-dad de San Francisco Xa-vier- e ingresó a la carrera diplomática mediante examen, en 1917, en-tre sus compañeros se encontraban Enrique Finot y Adolfo Costa duRels.

En ese sentido, Ostria Gutiérrez, fue nom-brado el 31 de enero de 1918, Primer Secre-tario de la Legación en la República Argenti-na y dos meses después el 18 de abril, fue designado Primer Secretario de la Legación en el Brasil, es en este momento que se gra-duó de abogado en Río de Janeiro, en 1919, con una tesis titulada: “Estado de Sitio”. Además de colaborar con José Carrasco, E. E. y Ministro Plenipotenciario en el Brasil, ex -Vicepresidente de la República, notable ju-rista, periodista y fundador de el “El Diario”. Pero el 10 de agosto de 1918, tras la renun-cia del eminente José Carrasco, fue nom-brado Encargado de Negocios a. i., cargo que desempeño por dos años.

A su regreso, en 1921, Alberto Ostria Gu-tiérrez, fue profesor de la materia de Dere-cho Internacional en la Universidad Mayor de San Andrés. Con el trascurrir de unos me-ses, el 29 de octubre fue nombrado Primer Secretario de la Legación en España.

De esta manera, auxilió la gestión de Si-món I. Patiño, E. E. y Ministro Plenipotencia-rio en España, de la cual Ostria conmemoró: “el señor Patiño fomentó una activa propa-ganda en beneficio del país, consiguiendo resultados verdaderamente sorprendentes en lo que se refiere al conocimiento general de Bolivia y de sus más im-portantes problemas nacio-nales”, pero el 6 de julio de 1922, fue designado Encar-gado de Negocios a. i., ya que Patiño acompañado de su familia se fue a Francia y Alemania ha pasar vacacio-nes de verano.

Como una de sus princi-pales iniciativas en este car-go, fue la publicación en la Revista “La Esfera”, que en esa época era la mejor y de mayor circulación en Espa-ña. El tema de -la cuestión del Pacífico, es decir las graves diferencias existen-tes entre las Repúblicas de Chile, Perú y Bolivia -y- la necesidad de que se adjudi-que pacíficamente a la República de Bolivia una salida al mar, necesidad en cuya satis-facción acaso tenga que intervenir el voto de la humanidad- escribió Ostria, en una nota enviada a la Cancillería, el 6 de agosto de 1922.

En el campo literario publicó dos obras significativas: Rosario de Leyendas ameri-canas, prologado por el destacado escritor español Alfonso Reyes y La Casa de la Abuela. Madrid visto por un sudamericano.

Pero dentro de la labor que desempeñó, la correspondencia de la época refleja que estuvo siempre atento al desarrollo del tra-bajo de la Legación, de la cual escribió: “son valiosas las influencias que la Legación cuenta en el periodismo, la política y la so-ciedad. En la oficina, la labor es diaria y se hace cuidadosamente, jamás se deja oficio ni carta sin responder, y se estudian debida-mente los asuntos que así lo requieren”. Sin lugar a dudas, estas palabras expresan un sentimiento magno de compromiso y patrio-tismo que manifestó a lo largo de su carrera diplomática.

Por otro lado, entre el trabajo agotador y ceremonioso, contrajo matrimonio el 19 de octubre de 1922, con Cecilia Lure Dimet, dama perteneciente a una de las más dis-tinguidas familias argentinas.

En el campo Consular, Alberto Ostria Gu-tiérrez, visitó especialmente las oficinas con-sulares para apreciar personalmente y con imparcialidad las condiciones de cada una de ellas. Al mismo tiempo, encabezó conjun-tamente con René Urdininea Arce, Cónsul en Barcelona la publicación de la Revista Bolivia (Literaria, Administrativa, Económica y Financiera), órgano principal de propagan-da del Consulado General de Bolivia en España, que comenzó a publicar desde 1924.

Sin embargo, las vacaciones de Simón I. Patiño, terminaron y el hombre del esta-ño, regresó a sus funciones diplomáticas desde el 3 de abril hasta el 2 de julio de 1923. Una vez más en el cargo de Encargado de Nego-cios a. i., Alberto Ostria Gutiérrez, recopiló documentos coloniales custodiados en Es-paña, sobre la posesión territorial de la Au-diencia de Charcas, en el litoral del Pacífico.

Pasado un tiempo, sobre las tareas reali-zadas por Ostria Gutiérrez, el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Bolivia, Eduardo Diez de Medina, detalló en la Me-moria que presentó al Congreso de 1925: “ausente de Madrid el E. E. y Ministro Plenipotenciario de Bolivia de Bolivia en España, don Simón I. Patiño, continúa al frente de la Legación como Encargado de Negocios ad-interim, el señor Alberto Ostria Gutiérrez, cuya activa labor de propaganda a favor del país merece justos aplausos”.

Pero el 5 de agosto de dicho año, Simón I. Patiño, renunció al cargo diplomático, debido a un desaire con el Presidente Bautista Saavedra (1920-1925), volviendo durante la Administración de Hernando Siles Reyes (1926 - 1930), el 17 de marzo de 1926, a sus funciones diplomáticas.

Por otro lado, en enero de 1926, la Can-cillería Boliviana, designaría ha Alberto Os-tria Gutiérrez, Primer Secretario de la Lega-ción en la República Argentina, regresando a Bolivia el 20 de abril de dicho año.

Es preciso señalar que Simón I. Patiño, en una nota enviada el 13 de abril, escribió so-bre la destacada labor cumplida por el diplomático boliviano: “convencido como estoy de que la labor realizada en España por el señor Alberto Ostria Gutiérrez, por sus excepcionales dotes de caballerosidad, pre-paración intelectual y dedicación al trabajo, ha reportado al país un provecho efectivo, palpablemente demostrado durante los cua-tro años y medio que le cupo desempeñar las funciones, tanto de Primer Secretario de esta Legación, como de Encargado de Ne-gocios ad-interim.

El señor Ostria Gutiérrez ha contribuido en gran manera a que Bolivia comience a ser conocida en España”.

Finalmente, como una forma de recono-cimiento la Corte del Rey Alfonso XIII, con-cedió ha Alberto Ostria Gutiérrez, la conde-coración de ‘Comendador de la Real y Distinguida Orden de Carlos Tercero’.

A modo de conclusión, podemos decir en las palabras de Guillermo Francovich, que: “Ostria Gutiérrez perteneció a la estirpe de los constructores, de los hombres que en el acontecer histórico crean para las gene-raciones futuras, abren nuevas perspectivas para los pueblos y que frente a las agitacio-nes estériles de la demagogia y la ambición, dan contribuciones efectivas al progreso humano”.

* Académico Supernumerario de la Academia Boliviana de Historia Militar.

Al respecto ver Alberto Ostria Gutiérrez, Una O-bra y un destino. La política internacional de Bolivia después de la Guerra del Chaco, Buenos Aires, Editorial Ayacucho, 1946.

Gustavo Medeiros Querejazu, Ensayos Diplo-máticos, La Paz, Ministerio de Relaciones Exte-riores y Culto y la Academia Diplomática “Rafael Bustillo”, 1997, p. 11.

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