martes, 28 de agosto de 2012

El aleluya

La palabra “aleluya”, derivada del hebreo y que podría traducirse por “¡Alaben a Dios! ¡Gloria al Señor!”, es una exclamación de júbilo originaria del judaísmo muy común en esta religión y también en el cristianismo, que la adoptó para su uso litúrgico. Para la mayoría de los cristianos, esta es la palabra más alegre para alabar a su dios.

Durante los primeros siglos de existencia de la Iglesia católica solamente se cantaba el aleluya el Domingo de Resurrección; luego comenzó a usarse durante todo el tiempo pascual, y finalmente todos los domingos. Hoy día en la Iglesia oriental se escucha en todas las épocas del año, y todos los días del año. En el rito occidental, que sigue el ordenamiento de San Gregorio I sobre la celebración de la misa, se canta desde la Pascua hasta el Pentecostés, pero no durante tiempos penitenciales como la Cuaresma (en la cual tampoco se canta el Gloria in excelsis), las misas de difuntos o las misas feriales de Adviento.

En todas las liturgias cristianas el aleluya tiene forma antifonal, cantándose esta expresión, muy adornada con melismas, entre versículo y versículo del salmo u oración. De forma más sencilla, muchas piezas terminan simplificándose a la aclamación, un verso y, de nuevo, la aclamación, siguiendo la siguiente estructura: Aleluya + Verso + Aleluya.

En la historia del cristianismo el Aleluya ha sido una aclamación pascual: ¡Alaben a dios porque Jesucristo ha resucitado! La alegre aclamación del Aleluya antes del Evangelio prepara a la escucha de la Palabra de Jesucristo y acompaña, en las misas festivas, la procesión del diácono o sacerdote que lo proclamará. En las normas del Misal dice que de no cantarse, es mejor eliminarlo: ¡tan importante se considera cantarlo! El leccionario contiene, para cada Evangelio, un versículo propio que puede ser leído o cantado entre los Aleluya. En los cuarenta días de la Cuaresma no se canta el Aleluya, sino que se sustituye por otro canto breve de aclamación al Evangelio, pero que no contenga la palabra “aleluya”. El Aleluya se vuelve a cantar solamente en la Pascua, para anunciar la resurrección de Cristo. En algunas comunidades se canta también el Aleluya u otro canto breve al final de la lectura del Evangelio.

Numerosos autores dedicaron páginas memorables a esta forma musical. Para ejemplificarlo, presentamos aquí algunas expresiones de entre las numerosas que existen:

Aleluya de Antonio Vivaldi

Aleluya de la Misa Criolla, de Ariel Ramírez

Aleluya de Wolfang Mozart

Aleluya de Ludwig van Beethoven

Aleluya de la liturgia evangélica

Aleluya del Oratorio El Mesías, de Georg Haendel

ARGENPRESS.info

No hay comentarios:

Publicar un comentario