jueves, 2 de agosto de 2012

Miguel Chávez Jiménez, El rey de los desnudos

Es uno de los publicistas más reconocidos de Bolivia. Hoy habla sobre su experiencia con los destapes femeninos



Lleva 30 años viviendo de la publicidad. Miguel Chávez llegó de España en 1981 convertido en todo un cineasta, pero como el cine en Bolivia no da para vivir, y mucho menos para ganar plata, se dedicó al arte comercial.

Desde un principio sus spots fueron polémicos y llamaron la atención, razón por la que considera que su carrera ha sido bastante exitosa. En 1997 impactó al país con el primer desnudo de la top model Carla Morón, que en aquel momento se encontraba en la cúspide de su carrera.

“Todos los desnudos han tenido su impacto en función del tiempo. Sin embargo, el más fuerte fue el de Carla por lo que era ella en ese momento, por su imagen, porque era admirada y deseada por mucha gente. El calendario y el spot fueron un boom por la novedad. Igual el de Verónica Larrieu, fue impresionante por lo que significaba ella. Ambas eran las divas, son las más grandes modelos que ha tenido el país”, remarca.

Afirma que los desnudos tienen su impacto en función a la modelo, puesto que no es lo mismo que se desnude una chica linda pero desconocida a que lo hagan Carla, Verónica, Maricruz Ribera o Pamela Justiniano, que son reconocidas y tienen un espacio ganado en el modelaje.

A la pregunta si los desnudos le han dado el éxito a su carrera, responde: “No son los desnudos, sino mi trabajo en general. Desde el inicio de mi carrera hice publicidades polémicas que han provocado alboroto y spots que han marcado”.

A eso es a lo que atribuye su éxito.

Miguel dice estar seguro de que la mayoría de las modelos se animarían a hacer un destape, si se trata de un buen producto y tienen la confianza de con quien lo van a hacer, porque ya se ha roto ese tabú y ese miedo que había.

“Carla y Verónica abrieron ese camino y lo dejaron bien ripiado y asfaltado para las demás. La gente ya vio que nada hay de malo en un desnudo, porque no se trasta de trabajos vulgares ni se los relaciona, de ninguna manera, con el sexo masculino”, justifica el publicista.

Diferencias

Desde el primer desnudo hasta el último hay ciertas diferencias. El primero, el de Carla, era con el cuerpo pintado. Al otro se le dio una sensación de monumento, con el fin de suavizarlo un poco, y ya en los últimos se muestra el cuerpo casi en su totalidad. Algo que cambió en este tiempo ha sido la actitud de la gente. Ahora está más acostumbrada a este tipo de trabajo, así que es más difícil de impactar.

La confianza que tienen las modelos en Miguel Chávez es grande. Ellas han trabajado muy a gusto, gracias al profesionalismo y la capacidad del publicista. Él dice que mira a las chicas como un objeto más cuando está trabajando, incluso asegura que nunca se ha sentido incómodo y siempre ha tratado de que las muchachas se sientan bien porque está consciente de la responsabilidad que esta labor implica.

“Hay algunos hombres, en especial amigos, que me dicen: “yo no aguantaría y me echaría encima. Precisamente, porque no he actuado de esa forma, es que sigo en este oficio. Hay que tener control, saber lo que uno está haciendo y respetar a la modelo y al cliente. No puedo, por una emoción o un alboroto, fregar todo el trabajo”, recalca.

Para Carla Morón trabajar con Miguel siempre fue bastante cómodo por la confianza y por la amistad de tantos años, al margen del profesionalismo y la creatividad del reconocido publicista.



Verónica Larrieu. Esta diva se quitó la ropa para una campaña de la empresa Cerabol. Fue en 1999, dos años después del de Carla. Ambas prepararon el camino para los demás desnudos.









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