El primer avión comercial de Europa que ofrece a turistas la posibilidad de experimentar la sensación de "gravedad cero" culminó hoy con éxito su vuelo inaugural con 40 personas a bordo, que habían pagado unos 6.000 euros (unos 7.850 dólares) por sentirse como astronautas durante unos instantes.
El Airbus A300 Zéro-G, operado por la empresa Novespace y comercializado por Avico, despegó a las 12.00 GMT del aeropuerto Bordeaux-Mérignac de Burdeos, al suroeste de Francia, y realizó 15 parábolas de 22 segundos cada una, es decir, 5 minutos en total con sensación de flotar en el espacio sobre aguas del Atlántico.
Son maniobras que elevan el avión durante 20 segundos hasta 8.500 pies con un ángulo máximo de 47 grados, lo mantienen a esa altitud durante 22 segundos y después lo dejan caer con un ángulo de 42 grados hasta los 6.000 pies.
El avión, que por fuera parece un aparato comercial al uso, cuenta con un espacio diáfano en el centro de 100 metros cuadrados y más de 200 metros cúbicos en el que los turistas pueden disfrutar de la sensación de no estar sujetos a las leyes de la gravedad.
La primera parábola colocó a los tripulantes en "gravedad marciana", que permite sentir solo un tercio de la masa del cuerpo, seguido de otras dos maniobras en "gravedad lunar" (1/6 de la masa) y de otras doce maniobras sin gravedad.
"Me ha parecido magnífico, muy dulce y en armonía con mi cuerpo", explicó a los medios de comunicación una de las pasajeras, que describía "esa magia de volar, de flotar, de no saber si tienes la cabeza arriba o abajo" y recomendaba que todo el mundo intentara experimentarlo.
El turista más veterano fue una de las 6 mujeres en vuelo, de 67 años. La mayoría de ellos son franceses aunque embarcaron también personas de nacionalidad suiza, belga, cubana, turca o japonesa.
Antes del vuelo, además de ingerir algún bocadillo y fruta, los pasajeros recibieron una detallada explicación de lo que a ocurrir en vuelo y las consignas de seguridad correspondientes y la recomendación de utilizar el lavabo pues el vuelo dura dos horas y media.
Se trata de una iniciativa que toma forma a través de Novespace, empresa filial del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) y dirigida por el exastronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA) Jean-François Clervoy.
A pesar de haber realizado en su vida más de 3.000 parábolas de ese tipo, el excosmonauta también embarco en el Zéro-G junto con cinco estudiantes becados por el CNES y el resto de pasajeros comerciales, personal de seguridad e instructores.
El próximo vuelo, que ya está completo, tendrá lugar el 23 de junio y esta vez despegará desde el aeródromo parisino de Le Bourget.
Pero a partir del 20 de marzo se abrirá la lista de inscripciones para quienes aún no hayan podido convertirse en turistas gravitatorios y quieran hacerlo el próximo otoño.
Existen iniciativas similares de otras empresas, como Virgin Galactic que sube a los turistas a la estratosfera para experimentar también 5 minutos de gravedad previo pago de 200.000 dólares, mientras que los turistas que viajan a la Estación Espacial Internacional pagan unos 20 millones de dólares.
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