domingo, 24 de marzo de 2013

Tierra de cóndores Valle del Colca. Se encuentra en Arequipa (Perú).

Cuando empiezan a despuntar los primeros rayos del sol ellos aparecen imponentes y majestuosos desplegando sus amplias alas, como si fueran dueños y señores del desfiladero. Son cerca de una veintena de cóndores que ya parecen acostumbrados a los cientos de turistas que a diario visitan el mirador de la Cruz del Cóndor en el Valle del Colca. La región, ubicada a 165 kilómetros de la ciudad de Arequipa, tiene a estas aves como uno de sus principales atractivos de uno de los destinos más espectaculares y atractivos que actualmente ofrece Perú.

Valle del Colca se encuentra en la provincia Caylloma, en la región norte de Arequipa y entre los 3.000 y 4.000 metros sobre el nivel del mar. Su nombre deriva del río Colca que atraviesa la región y que se extiende por más de 200 kilómetros, en los que en buena parte serpentea un gran cañón de más de 3.400 metros de profundidad y que es considerado uno de los más hondos del mundo y con los mejores rápidos del continente para la práctica del canotaje.

Junto al cóndor andino conviven en esa región más de un centenar de aves, 300 especies de plantas y camélidos como la vicuña, el guanaco, la alpaca y la llama, que son criados por los campesinos. Además de su paisaje natural, que lo hace especial para actividades recreativas al aire libre, gran parte de este valle está lleno de terrazas de cultivo de origen precolombino y que aun se siguen usando para la siembra de papa, de maíz, de quinua y de otros productos cultivados por los descendientes de los collahuas y cabanas, dos de las etnias más antiguas de Perú.

Ambos grupos fueron anexados, primero por el imperio incaico y luego por los conquistadores españoles que en el siglo XVI los trasladaron de sus asentamientos originales a nuevos pueblos al estilo español en el que tenían una plaza central, una iglesia católica y frente a ella un lugar destinado para las autoridades, mientras que las casas eran construidas alrededor de la plaza y en línea recta.

Los indígenas y españoles empezaron a habitar 24 pueblos, de los cuales hoy quedan 14, que conservan vestigios de ese pasado colonial.

Pese a los cambios a los que fueron obligados, los collahuas y cabanas supieron mantener muchas de sus tradiciones y costumbres, lo que es evidente actualmente en la forma en que ambas etnias se diferencian en su vestimenta, artesanías y algunas de sus celebraciones.

Con la llegada de la Independencia se creó la provincia de Caylloma y años más tarde la población de Chivay se convirtió en la capital de la provincia. Es precisamente esta población el centro neurálgico para realizar los distintos paseos por la región y con una oferta muy variada, ya que se pueden conseguir recorridos a bajo costo, como también algunos más sofisticados que permiten disfrutar de alojamientos de lujo que incluyen servicio de spa y piscinas con aguas termales al aire libre.

Uno de los aspectos que ha hecho tan popular este destino es que, además de sus bellos paisajes y atractivos naturales, se tiene una gran variedad de opciones, como la oportunidad de conocer la cultura e historia del lugar a través de los mercados artesanales indígenas, las iglesias coloniales, los restos de la época del incario y también la opciones para practicar deportes de aventura, como el trekking, canotaje, escaladas, ciclismo y muchos otras actividades más.

Sin embargo, lo que sigue atrayendo a muchos visitantes de todo el mundo es la posibilidad de ver de muy cerca y desde lo alto al cóndor andino. La elegancia y majestuosidad de su vuelo es una experiencia inolvidable. Es precisamente desde esta época del año cuando acaba la temporada de lluvias, y hasta diciembre que se hace propicio visitarlo.






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