martes, 12 de marzo de 2013

En algunos restaurantes chinos se soporta la explotación en silencio



Somos explotados laboralmente y a nadie le importa, dice ella, quinceañera y con las manos llenas de callos. Vive en el lugar donde trabaja, en un restaurante de la Villa Primero de Mayo. Ahí duerme seis horas al día, de 2:00 a 8:00, en un cuarto pequeño sin ventilación ni baño. El resto del día, barre el local, lava las ollas, pela las papas y atiende a los clientes que llegan en busca de un plato de pollo.

Ella forma parte del grupo de trabajadores anónimos y de una cadena de irregularidades que ocurren en varios restaurantes cuyos dueños son súbditos chinos que vieron en el negocio de la comida una buena forma de ganar dinero, saltando normas y sometiendo a trabajadores a condiciones de servidumbre, donde los menores de edad son pieza clave porque les pagan menos sueldo.

“Los que vienen a comer a estos restaurantes no saben que detrás de la cocina estamos no- sotros”, dice la muchacha de 15 años, que hace un año desertó del colegio por problemas familiares y que, desesperada como estaba, se refugió en este lugar, donde le dan techo y un trabajo de 18 horas al día con un sueldo de Bs 900 y un día de descanso al mes. Aquí, dice, no solo soporta las inclemencias de las malas condiciones del lugar, sino también la mirada felina de la propietaria, que ya la ha celado con su marido y advertido con malos modales que con el viejo no se meta. En ese mismo lugar, otro empleado que hace un trabajo similar, por el hecho de ser mayor de edad , gana Bs 1.100.

Esta realidad no es que sea desconocida por las autoridades, sino que algunas afirman que no tienen las herramientas legales para sancionar a quienes generan dinero vulnerando derechos de terceras personas. Una alta fuente de la dirección de Recaudaciones del gobierno municipal incluso tiene números que grafican el tamaño del problema: “De los 500 restaurantes chinos que hay en la mancha urbana cruceña, 400 son clandestinos y en cada uno de ellos trabajan por lo menos cuatro personas, el 50% menores de edad”.

La autoridad sigue haciendo números y dice que por lo menos 2.000 personas están reducidas a servidumbre y que de ellas 1.000 son adolescentes.

El oficial mayor de Defensa Ciudadana, José Canudas, admite que está enterado de este tema. “Sé que a los trabajadores no los dejan salir, que les cierran las puertas, que no les pagan bien y que los tienen como a esclavos”, señaló y aseguró que la Oficialía de Defensa Ciudadana está haciendo una minuciosa investigación para intervenir, puesto que ha detectado por lo menos seis lugares donde existen hacinamiento, explotación laboral y la vulneración de derechos a menores, por lo que está organizando un gran operativo.

En el cuarto anillo y avenida Paraguá hay un restaurante chino que se llama Don Wu. El área donde comen los clientes está debajo de un tinglado y en una segunda planta hay cinco habitaciones rústicas en hilera, de dos metros por dos. En cada cuarto hay dos camas angostas y en el suelo, jaboncillos y cepillos de dientes, botes de champú, detergente y otros objetos personales. El techo es de calamina, con espacios abiertos por donde se mete la claridad del sol o la lluvia. Afuera, un alambre con ropa tendida. “Aquí vivimos siete personas”, dice una mujer menuda y lo dice despacio para que sus patrones chinos que están en la cocina no la oigan.
“Yo llegué hace dos meses y todo estaba sucio en estos cuartos, no había ventilador”, dice esta mujer que trabaja de copera, gana Bs 1.000 y en dos meses de trabajo ha conseguido algo que ella considera importante: hacer que el ventilador funcione para espantar el asfixiante calor que durante el día se acumula en su cuarto, donde duerme en un colchón roto y angosto.

Con sus dedos saca sus cuentas y dice que trabaja desde las 5 de la mañana y que se acuesta después de la medianoche. Aparte de atender a los comensales, también hace la limpieza del local cuando el restaurante se queda sin clientes.
Rosi Valencia, directora de la Defensoría de la Niñez, sostiene que la ley sobre la trata y el tráfico de personas califica como delitos de explotación laboral este tipo de acciones, puesto que se trata de víctimas que son sometidas a condiciones de vida indignas y nada saludables.

La autoridad dice que existen vacíos en las normativas municipales y que se está trabajando para enmendarlas. En la actualidad, las normas permiten clausurar un restaurante en caso de que se compruebe que los alimentos son manipulados de forma no higiénica, pero no así cuando se encuentre a adolescentes vulnerados en sus derechos. En este último caso, cuenta la autoridad que primero se debe dar parte al juez del menor y procesar a los acusados.

Al gato y al ratón
Pero cuando la justicia quiere actuar resulta tarde, porque cuando las autoridades retornan para notificar al dueño del restaurante, se encuentran con que en el lugar ya existe otro local, (también de comida china), pero con otro nombre y diferente propietario.

Rubén Gómez, supervisor del departamento de Control de Productos de la Alcaldía, dice que buena parte de la comunidad china que se dedica al negocio de la comida juega al gato y al ratón con las autoridades. “Creo que esta comunidad rota para protegerse. Cuando se trata de sancionar a un local, al día siguiente cierra y se abre otro”.
Aníbal Melgar, director de la Dirección Departamental del Trabajo, recordó que la Ley del Trabajo castiga estas faltas de condiciones de salubridad y de habitabilidad.

“De ninguna manera puede haber hacinamiento en el lugar donde viven los trabajadores de estos restaurantes y se debe respetar las 48 horas de trabajo semanales”, dijo Melgar, que también aclaró que no se debe pagar menos de Bs 1.000 (que es el salario mínimo nacional), por más que el empleado viva y coma en el puesto de trabajo. Además, según el Código de Seguridad Social, a partir de los cinco días de iniciarse la relación laboral, el empleado debe contar con un seguro social. En cuatro restaurantes chinos a los que tuvo acceso EL DEBER, tanto en la zona central como en la periferia de Santa Cruz, los trabajadores carecen de contrato y seguro de salud.

El director del trabajo aclaró que la ley permite que un menor trabaje a partir de los 14 años, pero no más de 36 horas a la semana ni en lugares insalubres, como aquel donde la muchacha de 15 años lo hace durante 18 horas al día

LEY INTEGRAL CONTRA LA TRATA Y TRÁFICO DE PERSONAS

Art. 28, Trata de personas
Será sancionado con privación de libertad de diez (10) a quince (15)
años, quien por cualquier medio de engaño, intimidación, abuso de poder, uso de la fuerza o cualquier forma de coacción, amenazas, abuso de la situación de dependencia o vulnerabilidad de la víctima, la concesión o recepción de pagos por sí o por tercera persona realizare, indujere o favoreciere la captación, traslado, transporte, privación de libertad, acogida o recepción de personas dentro o fuera del territorio nacional, aunque mediare el consentimiento de la víctima, a quien ejecute explotación laboral, trabajo forzoso o cualquier forma de servidumbre.

III. La sanción será de quince (15) a veinte (20) años cuando la víctima fuere un niño, niña o adolescente, persona con discapacidad física, enfermedad o deficiencia psíquica, mujer embarazada, o el autor sea parte de una organización criminal, se produzca una lesión gravísima o se ponga en peligro la vida, la integridad o la seguridad de la víctima.

¿Qué es explotación según la ley?
Es la obtención de beneficios económicos o de otra naturaleza a través de la participación forzada de otra persona en: actos de prostitución, explotación sexual y/o laboral, peores formas de trabajo infantil, formas de servidumbre por deudas y otros.

Opinión

Se debe sentar precedentes por violación a los derechos
Hernán Cabrera / Defensor Del Pueblo
Los derechos laborales deben respetarse en cualquier empresa pública y privada. En el caso de los ciudadanos extranjeros que tienen algún emprendimiento privado en cualquier área, y específicamente en el de la alimentación, como restaurantes, licorerías, alojamientos y otros, tienen que asumir sus responsabilidades de cumplir con los requisitos y dar las comodidades necesarias a sus dependientes.
Pero es un tema de responsabilidad y de cumplimiento de las normas de higiene, de seguridad industrial, frente a los cuales hay instancias competentes. El Ministerio de Trabajo a través de la Dirección Departamental del Trabajo tiene que ser drástico a la hora de las sanciones, sin buscar conciliaciones ni negociaciones. En esta denuncia, se han cometido violaciones a los derechos laborales y corresponde sentar precedentes para evitar más vulneraciones. La Alcaldía municipal también tiene su cuota de responsabilidad, porque es la que entrega la licencia y todo local que empieza a funcionar debe contar con la infraestructura adecuada. Es decir, si es un restaurante, es para tal fin, pero no para vivienda o para un prostíbulo.
Pero lamentablemente por la situación de crisis que se vive, la mayoría de la gente que trabaja en estos locales son de escasos recursos económicos, que llegan de las provincias y por ganarse algunos pesos son sometidos a esta clase de situaciones críticas a su integridad, y a sus derechos como a la salud y un sueldo digno.
No debe haber excusas para hacer cumplir la legislación

TESTIMONIOS

Las voces de autoridades y de quienes alguna vez trabajaron ahí

Isaías Menacho / EXEMPLEADO
Una semana de mal recuerdo
Hace cinco meses trabajé durante una semana en un restaurante chino. Nos reteaban, nos gritaban, como si fuéramos unos perros. Por esa semana me pagaron Bs 100.

Rubén Gómez
Control De Productos De La Alcaldía un cóctel de irregularidades
Me llama la atención el horario de trabajo, las viviendas sin higiene, no tienen duchas ni uniformes, no cumplen las condiciones mínimas de salubridad ni horarios establecidos de trabajo.

Eina Figueredo
Salubrista entre la política y los medios
La forma cómo vive un empleado y su falta de condiciones de aseo se ven reflejados después en la calidad de la comida, en la manipulación de los alimentos. Todo hace al conjunto.

José Mercado
Exempleado bs 400 y un pollo económico
A mí me contrataron en un restaurante de la zona de El Quior. Me pagaban Bs 400 al mes y me daban derecho a un pollo económico al día. Yo tengo 16 años y renuncié hace poco.




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