Una proporción asombrosa de uno de cada tres ancianos en Estados Unidos muere padeciendo del mal del Alzheimer u otro tipo de demencia, indica un nuevo informe que destaca el impacto de la enfermedad tiene sobre una población que envejece rápidamente.
Fallecer padeciendo de Alzheimer no es lo mismo que morir a causa del mal. Pero incluso cuando la demencia no es la causa directa de la muerte, puede ser el golpe definitivo, que acelera los problemas de salud al interferir en los cuidados por enfermedades cardíacas, cáncer y otros males graves. Esa es la conclusión del informe dado a conocer el martes por la Asociación contra el Alzheimer, que defiende la realización de más investigaciones y apoyo a las familias afligidas por esta enfermedad.
"Envejecimiento exacerbado" es cómo la doctora María Carrillo, vicepresidente de la asociación, califica los efectos del Alzheimer. "Cambia cualquier situación de cuidados médicos para la familia".
De hecho, se espera que sólo 30 por ciento de las personas de 70 años que no tienen Alzheimer fallezcan antes de cumplir 80 años. Pero si padecen de demencia, se proyecta que 61 por ciento fallezcan antes de esa edad, concluyó el informe.
Unos 5,2 millones de personas en Estados Unidos tienen Alzheimer u otra forma de demencia. Esa cifra aumentará a 13,8 millones para 2050, pronostica el informe del martes. Eso es un poco menos que algunos pronósticos anteriores.
Si se cuentan solamente las muertes atribuidas a la demencia, el aumento es rápido. Casi 85.000 personas fallecieron a causa del Alzheimer en 2011, estimó los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) en un informe separado dado a conocer también el martes. Esas son personas en cuyo certificado de defunción se indicó que el Alzheimer fue la causa subyacente de muerte, quizás porque llevó a un paro respiratorio. Esas cifras hacen que el Alzheimer se la sexta causa de muerte.
Ese índice de fallecimientos aumentó 39% en los últimos 10 años, aunque el CDC concluyó que disminuyó la cantidad de muertes debido a las otras causas de más impacto: enfermedades cardíacas, embolismos y diabetes. La razón es que el Alzheimer es la única de esas enfermedades que no se puede tratar efectivamente. Los medicamentos de hoy sólo alivian temporalmente algunos de los síntomas de la demencia.
Pero lo que está escrito en el certificado de defunción es sólo parte de la historia.
La demencia severa puede dificultar que los pacientes caminen o traguen debidamente, lo que hace aumentar el riesgo de neumonía, una de las causas más comunes de muerte entre los pacientes de Alzheimer.
De igual manera, los enfermos de demencia suelen olvidar tomar sus medicamentos para la diabetes, la hipertensión u otras enfermedades. Es posible que no puedan explicar que tienen síntomas de otros males como infecciones, y tienen muchas más probabilidades de ser hospitalizados que otros adultos mayores. Eso, a su vez, aumenta el riesgo de morir en los 12 meses siguientes.
"Uno debe estar al tanto de la distinción poco clara entre las muertes de personas con Alzheimer y las causadas directamente por el Alzheimer. No está claro dónde trazar la línea que las diferencia", dijo Jennifer Weuve, de la Universidad Rush, de Chicago, que participó en el estudio de esa interrogante.
El Proyecto de Salud y Envejecimiento de Chicago le siguió la pista al estado de salud de más de 10.000 adultos mayores a lo largo del tiempo. El equipo de Weuve usó la información para calcular cuántas personas fallecerán padeciendo de Alzheimer este año, que según el estudio serán unas 450.000.
Esa cifra es coherente con la proporción de 1 de cada 3 que la Asociación contra el Alzheimer calcula para todas las formas de demencia. La cifra se basa en un análisis separado del seguro de salud Medicare que incluye tanto los casos de Alzheimer y las muertes entre los ancianos con otras formas de demencia.
El año pasado, el gobierno del presidente Barack Obama fijó un meta de encontrar tratamientos efectivos para el Alzheimer para 2025 y aumento la financiación de investigaciones con ese fin. No está claro cómo los recortes automáticos de gastos del gobierno, que comenzaron a principios de este mes, afectarán esos planes.
Pero el informe del martes calculó que los servicios de salud y cuidados a largo plazo ascenderán a 203.000 millones de dólares este año, en su mayor parte pagados por el Medicare y el Medicaid, sin contar los cuidados sin costo que ofrecen amigos y familiares. Se espera que la cifra llegue a 1,2 billones de dólares para 2050, excepto si ocurre un descubrimiento significativo, concluyó el informe.
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