El país registra un consumo per capita de alcohol, de 8,3 litros por año, superior al promedio de América Latina, que es de 5,7. Estos porcentajes fueron revelados por el ministro de Gobierno, Carlos Romero, en la presentación del plan de seguridad ciudadana, citando como fuente a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los datos repercuten en personas que han perdido familia y empleo por culpa de la bebida. Es el caso de Francisco, que se dio cuenta de que era un adicto al alcohol cuando efectivos de Tránsito le quitaron su licencia de conducir por manejar en estado de ebriedad y para recuperarlo debía asistir a Alcohólicos Anónimos (AA). “Llegué a AA para recuperar mi documento, pero acabé recuperando mi vida”, afirmó este hombre de 44 años, 26 de los que han estado ligados al alcohol, porque empezó a consumir a los 18.
La bebida le trajo problemas, como la pérdida de su trabajo y angustia en sus hijos y su madre. Hoy lleva un año y medio sobrio y siente que valió la pena llegar a AA.
Ángel es otro ejemplo de que es posible superar esta adicción, siempre y cuando uno acepte su condición y tenga deseos de dejar la bebida.
“Cada vez que bebía terminaba en peleas y al día siguiente no me acordaba de nada”, dice este hombre que lleva 21 años sin beber alcohol y que recuperó lo más importante para él: la confianza de sus padres. Cree que el problema radica en que la gente desconoce que el alcoholismo es una enfermedad. Lorena, de 33 años, lleva un año sin probar alcohol. Hoy ha recuperado a sus hijos y tiene una nueva vida.
El Consejo Nacional de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Drogas (Conaltid) señala que en Bolivia las bebidas alcohólicas son la droga de mayor consumo. De acuerdo con este informe del Conaltid realizado en 2011, 6 de cada 10 personas adultas han consumido alguna vez alcohol.
AA surgió hace 70 años
La institución fue creada el 10 de junio de 1943 y hace 44 años que opera en Bolivia, tiempo en el cual ha logrado la rehabilitación gratuita de unas 4.000 personas, entre hombres y mujeres, explicó Jorge, miembro de la comunidad AA
Para saber
1 El bebedor social controla el consumo de alcohol y no permite que esto afecte a su actividad laboral, familiar ni su entorno social. El alcohólico no es capaz de controlar su manera de beber porque está enfermo de cuerpo y mente; además tiene lagunas mentales, después de consumir bebidas enfrenta problemas y se resiste a creer que es alcohólico y siempre promete que dejará de tomar, pero no cumple.
2 El alcoholismo es una enfermedad progresiva que no puede curarse, pero, como otros males, puede ser detenido o tratado.
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