La ludopatía o compulsión al juego es un fenómeno que está adquiriendo cada vez más fuerza en México, sobre todo en mujeres de edad madura, que conforman el 70% de las asistentes a los casinos.
Las autoridades calculan que al menos hay cuatro millones de personas esclavizadas por esta compulsión, según el Centro de Atención de Ludopatía y Crecimiento Integral, una organización privada que se ocupa de ayudar a personas atrapadas en este problema.
Se dan casos de personas que han llegado a perder su patrimonio y a ver destruidas sus familias en algunos de los 306 casinos que operan legalmente en el país, aunque también en las numerosas casas de apuestas clandestinas instaladas ilegalmente.
Para el fisco estos negocios constituyen una valiosa fuente de recaudación pues en el primer semestre de 2012 el sector aportó 1.078 millones de pesos en impuestos (casi 100 millones de dólares).
Cada día se conocen historias inverosímiles sobre las personas adictas, por ejemplo del hijo que asesinó a sus padres por dinero para seguir apostando, del jugador que usa pañales de adulto para no moverse de la máquina tragamonedas o del padre que abandona a su familia por el juego.
El ente gubernamental Lotería Nacional firmó el año pasado un convenio de colaboración con la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic) y el Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones (Cenadic) para enfrentar este problema.
La Comisión Nacional Contra las Adicciones y la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México establecieron un programa de atención a personas con problemas de juego patológico, incorporando al tratamiento a la familia y a su entorno.
Según la Asociación de Psiquiatría de Estados Unidos una persona sufre ludopatía cuando comete delitos para conseguir dinero para jugar, apuesta cada vez más dinero para recuperarse de sus pérdidas y pierde el trabajo, se divorcia o falla en sus estudios por su hábito, entre otros factores.
Carlos Moral, director del Centro de Atención de Ludopatía y Crecimiento Integral, admite que él mismo fue víctima de este problema. “Me hervía la sangre por la apuesta. A los 13 o 14 años yo ya estaba ganando dinero todos los días dinero fácil, en lugar de ir a la escuela”, afirma.
Aparte de este lugar no existen en México muchos sitios donde los ludópatas puedan recurrir para recuperarse de su hábito, aunque empiezan a surgir agrupaciones como Jugadores Anónimos.
Si bien no hay estudios precisos sobre cuáles son los sectores más afectados por esta adicción, los expertos concuerdan en que es cada vez más frecuente en mujeres de más de 50 años. María Elena Medina Mora, directora general del Instituto Nacional de Psiquiatría, señala que las mujeres maduras están “más disponibles, pueden ir a cualquier hora del día y usar parte del gasto del hogar”.
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