China esconde una fuente de la longevidad o eso dicen los habitantes de Longmen, en la isla tropical de Hainan, que disfrutan de un manantial único con aguas de temperatura constante y un gran banco de “peces médico”, ésos que, a mordiscos, se comen la piel muerta del visitante.
El manantial es el de Jiuwentangcun, la tercera fuente fría que se descubre en China, tras la ubicada en la isla de Taiwán y la de Heliongjiang (norte del país), pero la que más propiedades beneficiosas para la salud contiene en el país asiático, según datos oficiales.
Ello se debe a la gran cantidad de selenio o germanio que poseen sus 40.000 metros cúbicos de agua diarios -a una temperatura constante entre los 23 y 25 grados centígrados-, beneficiosos para la lucha contra el cáncer.
Y también al gran número de los llamados “peces-médico” que rondan por el manantial y que se afanan en mordisquear y arrancar la piel muerta a todo aquel que se atreva a bañarse.
Tras su hallazgo, las autoridades de Hainan buscan su explotación como enclave turístico, apoyado en su bello entorno natural y su relativa cercanía a Haikou, la capital de la isla, de la que le separan 73 kilómetros.
Llegar para quien no conozca el lugar no es fácil, pero la clave es preguntar por “las aguas de longevidad”.
La explicación de ello se encuentra al escuchar a una de las guías oficiales del paraje: "La gente del pueblo viene casi a diario y disfrutan de una gran longevidad. Son unos 1.000 residentes, y de ellos, unos veinte tienen más de 90 años", asegura.
El resto, prosigue, "luce una piel incomparable y no les aparecen arrugas seniles".
Es una opinión que comparte un vecino del pueblo, de 50 años y que, portando un minúsculo bañador, se suma a la minoría que se remoja de cuerpo entero en el manantial.
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