Su apariencia no ha sido fácil ya que a lo largo de su infancia ha sufrido maltratos, tanto físicos como psicológicos, por aquellos que no entendían qué le pasaba y no le aceptaban.
La lipodistrofia - que hace que su piel se llene de arrugas y que tenga un aspecto desgastado - fue heredada de su madre que la sufre también.
Una vida difícil por fuera y por dentro
Zara creció sufriendo lipodistrofia que no sólo le afecta a la piel por fuera, sino que deteriora los huesos y destruye la grasa debajo de la piel.
Con tan solo cuatro años los doctores le diagnosticaron la enfermedad que también sufre su madre. Según asegura la joven “mi madre me explicó que yo tenía la misma enfermedad que ella, pero que yo era guapa y que no prestara atención a lo que otros dijesen”.
Para la adolescente, los peores años de bullying fueron entre los 8 y los 10 años de edad. “Los niños me llamaban mono o abuelita e incluso llegaron a pegarme solo por mi aspecto. Lo pasé tan mal que dejé de ir al colegio por un tiempo".
A los 12 años ya empezaban a confundirla con una señora, o incluso con la madre de su hermana Chloe, la cual no sufre esta enfermedad.
Pero incluso después de eso Zara “vivía con miedo” a que le preguntaran cuantos años tenía. Una vez en el colegio le confundieron con una profesora en frente de todos sus compañeros.
Su historia fue más allá
Cuando la historia de Zara dio la vuelta al mundo y llegó a los oídos del experto estadounidense en lipodistrofia de Texas, doctor Abhimanyu Garg, el cambio radical se acercaba. El doctor Abhimanyu fue el que les pidió tanto a Zara como a su madre Tracey que se sometieran a unas pruebas.
A ambas se les detectó Cutis Laxa, que es una condición aun más rara que puede acortar la esperanza de vida, debilitar articulaciones y provocar problemas de pulmón o corazón.
Pero tras las malas noticias, el doctor Robert Errsek entró en acción ofreciéndole un lifting de cara y un aumento de nariz, y todo gratis. Zara no se lo creía, "fue una oportunidad con la que jamás hubiese soñado. Cuando me vi a mi misma reflejada en el espejo tras quitarme los vendajes tuve una mezcla de sorpresa y felicidad".
La cirugía, el milagro
La humildad de los médicos junto al trabajo hicieron efecto. Zara ha vuelto a tener confianza, tener novio, Ricky Andrews, e incluso volver a los estudios.
Una oportunidad única de renacer para la joven Zara a la cual la hicieron llorar una vez forzándola a bajarse de un autobús porque su conductor no se creía que fuese una niña y no cedía a venderle el ticket que a ella le correspondía.
El cambio ha hecho que Zara quiera tener un salón de belleza y dice que está preparada para dejar el pasado atrás y perdonar a aquellos que hicieron que lo pasara mal. La joven se sincera diciendo “antes se metían conmigo por parecer diferente, ahora me parezco a otras niñas de mi edad. No siento que la gente me mire cuando voy por la calle, por fin me siento una adolescente”.
Según declara Zara “he sufrido muchos comentarios durante toda mi vida, pero ahora me siento completamente capaz de dejar el pasado atrás, perdonar y olvidar”.
Su nueva actitud ante la vida ha hecho que esta nueva etapa la pueda compartir con alguien especial, y ese lugar lo ocupa el pintor y decorador llamado Ricky, de 22 años con el que Zara mantiene una relación desde hace 3 meses, al que conoció a través de amigos. Sobre este tema ella dice que “he tenido varios novios antes, pero no creo que ninguna aceptase mi condición realmente, pero con Ricky nunca ha sido un problema”.
Tras este gran cambio en su vida, Zara asegura estás motivada para ser feliz, tener una vida normal y todo esto gracias al apoyo que ha tenido especialmente el de su madre.
“Yo sé que soy muy afortunada por haber tenido la oportunidad que mi madre siempre hubiese deseado” pero dice que aun habiendo sido rejuvenecida, se sigue sintiendo algo mayor por todas las experiencias por las que ha tenido que pasar.
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