El tradicional sombrero cochabambino con ala, copa alta y toquilla negra, que identificó a las mujeres del valle en el pasado, está en vías de desaparecer y ha comenzado a ser reemplazado por los de plásticos, considerados más livianos y baratos.
El uso del sombrero está limitado a las abuelas, que adquirieron la prenda de los fabricantes que existían en Arani, Punata, Quillacollo y la ciudad. Las pocas mujeres que lucen el imponente sombrero cuentan que el mismo les servía para reconocer el estado civil de su dueña y su lugar de origen.
Los artesanos los hacían redondos para las mujeres de Arani, planos para las de Punata y cuadrados para las del valle bajo. En un recorrido por el valle alto sólo se encontró a cinco mujeres en Cliza, Tarata y Punata, que usaban el sombrero.
Dijeron que estas prendas ya no se encuentran a la venta, porque los fabricantes en su mayoría han muerto. En su lugar han proliferado los sombreros de plástico, que son mucho más livianos y baratos.
Una de las pocas mujeres del valle que todavía usa esta prenda y es esposa de un restaurador de sombreros, Margarita Camacho (70), contó que ella se encarga de recibir, en su puesto de venta de charque en la feria de Punata, los sombreros que necesitan reparación. Dijo que el arreglo dura una semana y cuesta 30 bolivianos. Pero, “ya no hay clientela como antes, es que este sombrero dejó de usarse”, dijo.
Según una comerciante de sombreros plásticos, Delicia López, las jóvenes prefieren sombreros ligeros, porque los tradicionales de yeso ya no se encuentran. “Es difícil hallar los sombreros antiguos, ya no se hacen, sólo hay para fletar”, contó.
Comentó que los de plástico tienen tal demanda que ahora no sólo se los comercializa, sino que también se los repara, se los deja como nuevos por 30 bolivianos.
“Reparamos los sombreros de plástico, los lavamos, pintamos, cambiamos cinta, hasta dejarlos como nuevos y también reparamos los de yeso, pero estos ya no los traen, porque casi nadie los usa”, aseguró la vendedora.
El sombrero creado como imitación a la vestimenta española y como símbolo de estatus y estado civil tuvo su auge en la década del 40 y 50 y comenzó a perder vigencia hace unos 20 años.
Según la antropóloga Melby Mujica, este sombrero era un distintivo de la identidad y estado civil, “las solteras inclinaban el sombrero a la izquierda y las casadas a la derecha”. También servía para determinar de qué región provenían. (Puedes ver más en www.lostiempos.com).
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