Café con Dios, un curioso bar temático inaugurado recientemente en la ciudad argentina de Córdoba, invita a los clientes a comerse un apetitoso “mandamiento” acompañado con un humeante y aromático “apóstol”, en un remanso de paz en medio del mundanal ruido cotidiano.
Creada por siete miembros del movimiento católico de la renovación carismática, la cafetería, que abrió a finales de agosto pasado en el bullicioso centro cordobés, se convirtió en lugar de reunión para grupos cristianos y un imán para turistas curiosos.
Café con Dios ofrece una atmósfera apacible, que invita a la charla, sin televisión, pero con música católica y evangélica de fondo y publicaciones católicas a la mano, incluida la Biblia, para quienes quieren acompañar el café con la lectura.
“También están los diarios de Córdoba y algunos periódicos nacionales. La gente viene, lee y se toma su café diario. También hay bebidas alcohólicas, como cerveza o vino”, relata a EFE Antonio Melone, uno de los socios.
Los cafés fueron bautizados con los nombres de los 12 apóstoles. Aquí un cortado es “un Pedro” y un submarino (chocolate caliente) es un “Judas Tadeo”. Si le ofrecen “paz”, acepte, pues el café vendrá acompañado de un “croissant” que, si no le llena del todo el espíritu, al menos reconfortará su paladar. Y los sándwiches tienen los nombres de los diez mandamientos: si desea uno de jamón y queso, sólo hay que decir “amarás a Dios por sobre todas las cosas” y aparecerá.
La ambientación también va acorde, con un mural con fotos de papas, santos y fundadores de movimientos eclesiásticos -para resaltar el valor de la diversidad en la Iglesia, según Melone- y la imagen de una paloma, símbolo del Espíritu Santo.
“Quisimos un lugar tranquilo, donde se puede tomar café servido por gente que tiene una vida de oración, ya que los mozos (camareros) no son profesionales pero sí tienen mucha vida interior”, explica Melone.
Sin embargo, asegura, la idea del bar no es la de imponer una prédica religiosa o generar debates doctrinales. “No buscamos eso. Ésta es una cafetería como cualquier otro bar temático. Pero sí debe ser un sitio de pacificación, donde prime la cordura y la reflexión”, afirma.
Por eso los camareros deben seguir un “protocolo especial”, que incluye no contestar agravios y permitir la venta ambulante, algo que prohíben en otros bares para no molestar a los clientes.
En la primera planta del bar está el salón Cura Brochero, dedicado a un sacerdote local en proceso de beatificación y que es lugar de reunión de grupos eclesiales que no pagan por su uso, aunque sí deben hacer una consumición mínima de la cafetería.
Más allá de los clientes habituales, este bar es parada obligada en el circuito de turismo religioso de Córdoba.
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