El Newseum de Washington es un monumento al periodismo. Alberga gran parte de la historia del periodismo de Estados Unidos y del mundo. A lo largo de 14 salas y 15 cines, el visitante puede recorrer la historia de los grandes hitos noticiosos del mundo mediante páginas de periódicos, audios, videos y fotografías, pero también de objetos y reliquias del mundo de la información. A cada paso se encuentran frases y reflexiones sobre el periodismo y su propósito. En la entrada están las primeras planas del día de los matutinos más importantes de Estados Unidos, pero el museo también exhibe las primeras páginas de renombrados periódicos del resto del globo.
“¿Qué es noticia?”, es la pregunta con la que se inicia la visita. La guerra y la paz hacen noticia; también la vida con sus múltiples matices y controversias, como el júbilo, la tragedia, el amor y la vergüenza; la muerte es noticia.
A cada paso se hace hincapié en la importancia de encontrar y contar la verdad, en la importancia de la libertad de prensa, un derecho ineludible. “No se puede separar la paz de la libertad, porque nadie puede tener paz si no tiene libertad”, dice Malcolm X en una de las películas exhibidas en uno de los tantos cines del museo. “Den a conocer los hechos a la gente y el país será seguro”, se cita a Abraham Lincoln. “Nuestra libertad depende de la libertad de prensa”, dijo Thomas Jefferson en una frase histórica y fuerte, si se tiene en cuenta que la libertad es el valor más importante para los estadounidenses.
El Muro de la Vergüenza
Un inmenso pedazo de cemento cubierto de dibujos, letras y colores, de grafitis que miles de jóvenes pintaron sobre el Muro de Berlín es la primera “reliquia” histórica que exhibe el museo.
“Este muro fue reconstruido tres veces: cada vez más alto, más sólido, más represivo, el ‘Muro de la Vergüenza’, como se le llamaba en occidente, siempre fue permeable a las noticias que fluían de un lado al otro del muro sin que nadie pudiera impedirlo”, narra la voz en un video. Incluso durante su construcción no se pudo evitar la presencia de, al menos, un periodista que dio a conocer la noticia al mundo. Su nombre era Charles Wheeler, el único corresponsal internacional en Alemania Oriental, cuando la noche del 12 de agosto recibió una llamada anónima: “No se vaya a dormir esta noche”, le dijeron y así fue como Wheeler, entonces de 26 años, cubrió la construcción del muro para dar la noticia al mundo.
La muestra cuenta también la historia de alrededor de 5.000 fugitivos que en años posteriores huyeron de la República Democrática hacia Alemania Occidental y de otros 4.000 que fueron capturados en su intento de fuga; otras 200 personas perdieron la vida. Hubo fugas documentadas por periodistas que, al igual que quienes intentaban huir, arriesgaban la vida. La sala también narra en imágenes la apoteósica caída del muro que unificaría Alemania después de más de 20 años.
Dillinger
Una de las salas más impactantes del Newseum es la que está dedicada a los grandes casos del FBI. Allí se encuentran objetos de culto, armas y prendas de los asaltantes más famosos de la historia de Estados Unidos.
Se rememora, por ejemplo, la historia de Dillinger y cómo burló durante años a las autoridades estadounidenses, mientras los titulares en la prensa de la época reflejaban sus hazañas, al tiempo que el pueblo se mofaba de la policía que no lograba superar el ingenio y la intrepidez del legendario asaltante.
Dillinger captó la atención de los medios y se ganó la admiración de buena parte del pueblo de Estados Unidos. Se convirtió en personaje célebre y muchos lo veían como una especie de “Robin Hood”. La guerra contra Dillinger fue parte de la lucha contra el crimen organizado y este delincuente le robó el sueño a J. Edgar Hoover, el poderoso ex jefe del FBI, quien no lograba capturarlo. Pero, como sucedió otras veces a lo largo de la historia de la humanidad, fue una mujer quien traicionó al atracador. Lo sorprendieron una noche en que fue al cine y lo mataron. En el museo se puede apreciar el chaleco antibalas de Dillinger, así como la impresión en yeso de su rostro tomada el día de su muerte.
La sala exhibe los grandes raptos, asesinatos y robos, el papel del FBI y cómo la prensa informó en cada uno de estos casos.
En uno de los televisores se muestra al presidente Barack Obama, quien informa sobre la ejecución de Osama Bin Laden, el líder de Al Qaeda. Después de la eliminación del autor intelectual del atentado a las Torres Gemelas, la labor del FBI no terminó y, por el contrario, comenzó una vez más, con mayor ímpetu, ante una posible venganza del radicalismo árabe. Una de las galerías está dedicada a la tragedia del 11 de septiembre de 2001.
Los que no vuelven a casa
Pero el Newseum es también un homenaje a los periodistas, sobre todo a aquellos que perdieron la vida durante el ejercicio de su profesión. “Ellos van a donde está la acción, van en busca de la verdad. Algunos no vuelven a casa”, explica el audio.
Una sala entera está dedicada a los periodistas que perdieron la vida. México, Colombia y Perú son algunos de los países en los cuales los periodistas fueron asesinados por el narcotráfico o por el terrorismo .
Un periodista estadounidense que perdió la vida al ejercer su profesión fue el fotógrafo Billy Biggart, un neoyorquino experto en cobertura de conflictos que la mañana del 11 de septiembre salió a la calle cámara en mano para documentar la tragedia. Habló con su mujer por celular, le dijo que estaba bien, que se verían más tarde. Nunca más se vieron. Murió aplastado por los escombros. Días después hallaron su cuerpo sin vida. Pero también encontraron su cámara prácticamente destruida. Lo único que se salvó fue el chip con las fotos, seguramente algunas de las más impactantes sobre la caída de las Torres Gemelas. En un cubo de cristal se puede ver la cámara de Billy Biggart, junto a un televisor en el que su mujer cuenta una y otra vez la historia de lo que ocurrió con su marido.
Otra de las salas muestra una camioneta, llena de los impactos de bala, en la cual se trasladaban periodistas que cubrían el conflicto de los Balcanes.
El Newseum muestra la historia de las noticias desde los primeros impresos hasta el uso masivo de la radio y la televisión.
Cuenta con una sala interactiva llena de juegos e historias, así como una sala de cine que exhibe un documental de ficción sobre la vida y las hazañas de afamados reporteros.
En la planta baja se exponen todas las fotografías que alguna vez ganaron el premio Pulitzer, el más prestigioso en el gremio.
Las campañas por la presidencia y la influencia de los medios en las mismas, los grandes caricaturistas que hicieron historia en la prensa, los programas televisivos y sus periodistas satíricos y críticos ante el poder. Todo eso y muchas cosas más se encuentran en el Newseum. La visita es una aventura y, al salir del edificio, quien no es periodista tal vez tenga deseos de serlo.
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