El deportista austriaco de alto riesgo Felix Baumgartner se ha convertido en una leyenda con un salto estratosférico sobre los cielos de Roswell (EEUU), la ciudad a la que dio fama un supuesto incidente con un ovni en 1947. Ahí, el único extraterrestre que se vio ayer fue el austriaco, que saltó al vacío desde una altura de 39.045 metros.
El antiguo instructor de paracaidismo en los comandos de élite del Ejército austriaco y esporádico doble de películas de acción de 43 años ha roto tres récords mundiales: se ha convertido en el primero en superar la velocidad del sonido sin ayuda mecánica, en arrojarse en paracaídas desde el lugar más alto y en subir en globo al punto más alejado de la Tierra.
En los primeros 40 segundos de caída libre, el experimentado deportista ha acelerado hasta los 1.342 kilómetros por hora (Mach 1,24), o lo que es lo mismo, 373 metros por segundo. Esos primeros segundos han sido los más terribles, cuando parecía que Baumgartner giraba sobre sí y perdía el control sobre el descenso.
“Durante unos segundos pensé que iba a perder el sentido", confió el deportista, en sus primeras declaraciones tras llegar a tierra sano y salvo en paracaídas en la localidad de Roswell, en Estados Unidos, donde ha tenido lugar el salto. Baumgartner logró controlar tras esos segundos de incertidumbre el descenso y evitó caer en barrena, lo que le podría haber ocasionado una hemorragia cerebral en caso de girar de forma descontrolada.
Al estar a salvo en tierra, poco le importó que no hubiera superado una de las marcas que se propuso romper. Y es que en el descenso total de unos nueve minutos, la caída libre de Baumgartner ha sido de cuatro minutos y 20 segundos, por lo que no batió el récord anterior, de cuatro minutos y 36 segundos.
Esa marca sigue en posesión de quien ha supervisado el salto desde el control central: Joe Kittinger, de 84 años, que se arrojó en 1960 cuando era miembro de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos desde una altura de 31.333 metros.
Red Bull ha catalogado la misión como científica y el deportista considera que se podrá conseguir información crucial sobre la reacción del cuerpo humano para futuras misiones espaciales.
Una vida de récords
Los récords anteriores de Felix Baumgartner, como el salto desde el edificio más alto del planeta, el rascacielos Taipei 101 (Taiwán), de 509 m de altura, y de otros lugares como la estatua de Cristo Redentor en Río de Janeiro, resultan ahora, en comparación, casi inocentes aventuras sin riesgo.También ha sido el primero en cruzar el Canal de la Mancha en caída libre ayudado de unas alas de fibra de carbono, desde Dover (Reino Unido) hasta Calais (Francia), y se ha tirado desde la mayor construcción de América Latina, la Torre Mayor de México.
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