lunes, 29 de octubre de 2012

Tumbas de gloria

Aunque en la fosa, algunos de los que ahora descansan en el principal camposanto cruceño se distinguen por sobre el común. Fueron reconocidos en vida. Muchos de ellos destacaron por su filantropía, pero también están los otros que, sin dejar de ser famosos, cuentan más bien con una referencia siniestra. Todos comparten ahora la última morada. Y en estos días en que se recuerda la reverencia católica a los santos y los seres queridos que ya partieron, varias de aquellas tumbas reciben la visita de propios y extraños. Otras, en cambio, se secan para el olvido.

Sacramental

Fue en los primeros años de la República, en 1828, que el mariscal Antonio José de Sucre decretó que se construya el cementerio General de la ciudad. El mismo es un cuadriculado de pasillos con áreas verdes y mausoleos de estilo barroco, influencias musulmanas y esculturas sacras.

A falta de un guía (el cementerio no lo tiene), uno de sus trabajadores municipales llamado Ángel Cuéllar nos conduce por los callejones de aquella necrópolis.

¿Y hay fantasmas o ruidos raros por ahí? Es la pregunta obligada. "No, no hay nada de eso; mire, yo trabajo 30 años aquí, de día y de noche, y nunca he escuchado nada”.

Uno de los “habitantes” más antiguos del apacible lugar es un personaje notable. Se trata de uno de los primeros presidentes de Bolivia, José Miguel de Velasco (1795-1859), aquel militar que luchó por la integridad territorial en la batalla de Ingavi ante el avasallamiento del general peruano Gamarra. ¿Alguien le deja flores? preguntamos. “No sé ni quién es, nadie pregunta”, recibimos de respuesta de parte de nuestro guía.

Quien le sigue en antigüedad es don Andrés Ibáñez, el caudillo criollo nacido en 1844, que encarnó la lucha regional contra el poder central. Su tumba es austera y don Ángel dice que las autoridades se acuerdan de él de vez en cuando.

“En estas fechas de Todos Santos y Semana Santa se reciben hartas visitas, no se puede ni caminar. Pero el resto del año, a no ser que sea cumpleaños de la persona, el cementerio está vacío”.

¿Y cuáles son las tumbas más visitadas? “¿Quiere que lo lleve?”. Vamos.

Muertos y vivos

Don Ángel dice que uno de los mausoleos más visitados es el de don Max Fernández, aquel empresario y político que empezó su bonanza económica en los años ’80 hasta su muerte, en 1995. “Vienen sus hijos nomás, Jhonny y Roberto en especial, que en su cumpleaños le traen mariachis a veces. Pero llegan por separado y cuando se cruzan por casualidad, ni se miran”, cuenta nuestro informante.

Es casi un mausoleo de cerca de 4x4 construido sobre un área verde con una gran foto del líder del extinto partido que creó, la Unidad Cívica Solidaridad (UCS).

A metros de él, en el área central del cementerio, se encuentra el sepulcro de uno de los grandes hombres que ha dado esta tierra. Ubicado en un mausoleo mucho menos ostentoso, se encuentra el nicho de don Noel Kempff Mercado, quien impulsó el estudio y la conservación de la naturaleza en Bolivia a lo largo de su vida. Tampoco recibe visitas muy seguidas, aunque en los últimos días ordenaron una nueva mano de pintura. “Él trajo muchos de los árboles y plantas de este lugar”, dice don Ángel apuntando un bibosi que nos da sombra.

Otro de los más visitados y homenajeados es el nicho de Rolando Aguilera Pareja, el padre precursor de la Academia Tahuichi. “Vienen sus hijos y los niños que juegan actualmente en el equipo; tocan música y le hacen algunos regalos. A los jugadores famosos nunca los vi”, señala el guía improvisado. La tumba de aquel que vio nacer a grandes figuras del fútbol boliviano es bastante austera en comparación con las de sus “vecinos”.

Del mismo modo, el último recinto de doña Gladys Moreno de Tomelic (1933-2005) resalta por humilde. La autora de varios de los himnos cruceños ocupa un espacio común donde las dádivas destacan por su ausencia.

Pero la más llamativa de todas es sin duda la tumba de Willy Bendeck. Situada en una esquina, el mausoleo deja ver el nicho además de algunos cuadros de la época gloriosa de aquel conductor fallecido trágicamente en 1971, cuando su coche se estrelló durante una carrera. Allí, aunque de manera siniestra, cuelga de un faro una de las llantas chamuscadas del auto accidentado.

Así de sombríos son otros nichos olvidados. El de Eduardo Rózsa, por ejemplo. Instalado en una fosa normal y corriente, el ataúd del supuesto terrorista húngaro-boliviano ocupa un discreto lugar sin recibir visita alguna. “A este no viene a visitarlo nadie; una vez preguntaron por él, pero nada más”, señala don Ángel.

También relegada, la tumba del popular “Camba Sota”, la chapa artística de Pedro Flores Escalante, habla de aquellos famosos que pasaron al olvido. El autor de canciones que inmortalizó como “El cazador” y “El paúro” en la década del ’50 al ‘70, no recibe visita alguna. Ni en fechas sacras. “A él tampoco lo vienen a ver; yo me acuerdo todavía lo famoso que era, hizo cantar a mucha gente”, dice don Ángel.

El “Camba Sota” murió de cirrosis de tanto beber alcohol. Vivía a tan solo dos cuadras del cementerio. Quiso ser famoso y lo fue. Aunque ya nadie le rinda culto.

Una sacra tradición

El Día de Todos los Santos es una tradición católica instituida en honor de todos los santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.
En los países de tradición católica se celebra el 1 y 2 de noviembre; se hacen ofrendas en las tumbas de los difuntos, que consisten en comidas, bebidas y flores.

Cementerios de famosos en el mundo

Pere Lachaise (París-Francia)
Jim Morrison

Fue el poeta y cantante de la banda norteamericana The Doors. De las miles de tumbas del lugar, la de Morrison es la única con reja de seguridad debido a que sus fanáticos solían dejar botellas de whisky, cigarrillos y un sinnúmero de cosas en tributo al “Rey Lagarto”.

Chacarita (Buenos Aires-Argentina)
Carlos Gardel

Cantante y compositor naturalizado argentino, es considerado el más importante tanguero de la primera mitad del siglo XX. Nació en Toulouse, Francia, el 11 de diciembre de 1890 y murió el 24 de junio de 1935 en Medellín, Colombia. Sus restos fueron trasladados desde allí a Buenos Aires.

Lakeview Cementery (Seattle-EEUU)
Bruce Lee

El legendario karateca y estrella de cine murió bajo circunstancias jamás esclarecidas en 1973. Años después, su tumba sería compartida junto a su hijo Brandon, también fallecido mientras rodaba un filme. Son tumbas preciosas y grandes y siempre hay flores o fruta como ofrenda de la gente que pasa a visitarlos.


Max Fernández

Político y empresario de origen cochabambino. Su tumba es una de las más ostentosas del cementerio General cruceño. Lo visitan algunos extrabajadores y también sus hijos Johnny y Roberto Fernández.

Willy Bendeck

Fue múltiple campeón nacional de automovilismo en la década de los ‘50, ‘60 y principios de los ‘70. Ganó la primera carrera del premio 16 de Noviembre, pero murió en un choque fatal ocurrido en el segundo anillo.

'Roly' Aguilera

Rolando Aguilera fundó la Academia Tahuichi con el propósito inicial de enseñar a sus hijos Roly y Erwin los fundamentos del fútbol. De su escuela salieron innumerables figuras que destacaron en el fútbol local y mundial.

Hugo Banzer Suárez

General y político, presidente de la República en dos períodos: 1971-1978, por golpe de Estado, y 1997-2001, por elecciones, Hugo Banzer también ocupa un lugar de privilegio en el cementerio cruceño. Siempre recibe visitas.

Gladys Moreno

Cantante, a quien la afición por la música empezó desde corta edad interpretando chovenas y taquiraris que escuchaba cantar a su madre, debutó a los 13 años en una función benéfica. Hoy, sus éxitos son evocados por Guísela Santa Cruz.

'Camba Sota'

Pedro Flores Escalante, más conocido como el “Camba Sota”, encantó con su música a la Santa Cruz del siglo pasado entre las décadas del ‘50 y ’70. Sus éxitos fueron “El cazador” y “El paúro”. Hoy, su tumba no recibe visitas de nadie.

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