domingo, 14 de octubre de 2012

El primer habitante no nativo de Nueva York fue un dominicano

Agregar a MySpace

Archivo digital
Archivo digital
En Nueva York, que pronto cumplirá 400 años, se nominará a una avenida como “Juan Rodríguez”.
Antes de que Nueva York fuera una ciudad, el primer inmigrante en el lugar fue un dominicano. ¿Usted creía que los primeros en llegar a lo que hoy es la ciudad de Nueva York fueron ingleses, holandeses o quizás vikingos? Pues no, la primera persona no nativa en llegar a esa región era originaria de República Dominicana, nada menos.

El nombre de Juan Rodríguez engalanará pronto unas cuadras de una avenida del Alto Manhattan, gracias a un proyecto de ley firmado por el alcalde neoyorquino, Michael Bloomberg.

La avenida Broadway, entre las calles 159 y 218, una zona poblada mayoritariamente por dominicanos, llevará el nombre de Rodríguez.

Se cree que era un negro o mulato originario de Santo Domingo, tenía facilidad para los idiomas y logró comunicarse con los indígenas, administraba un puesto comercial y presumiblemente se casó con una nativa.

Curiosamente, no hay acuerdo ni siquiera sobre cómo se escribe su nombre: podría ser Jan o Joao Rodrigues.

Un latino en Nueva York

Ramona Hernández, directora del Instituto de Estudios Dominicanos de la Universidad de Nueva York, explicó que Juan Rodríguez “llegó al área del puerto de Nueva York, sobre el río Hudson, en la primavera de 1613, y decidió quedarse por lo menos hasta 1614”.

Es significativo que las autoridades reconozcan legalmente que el primer inmigrante de la ciudad sea un latino, justo cuando Nueva York se prepara para celebrar sus 400 años.

Descubierta en 1524 a nombre de Francia por el explorador italiano Giovanni da Verrazzano, el área correspondiente a la ciudad actual estaba habitada por aborígenes en su mayoría de la tribu Lenape. Pero recién en 1614 fue colonizada por navegantes holandeses.

Fue un año antes de que Rodríguez llegara acompañando al capitán holandés Thijs Mossel a bordo de la nave Jorge Tobias, proveniente de Santo Domingo. Fue el único tripulante en quedarse en el territorio, es decir, el primer y único inmigrante durante ese período.

Los holandeses volvieron a la localidad en 1614 y la fundaron en 1625 con el nombre de Nueva Ámsterdam.

En 1664 los ingleses la conquistaron y rebautizaron como Nueva York.

Hernández comentó que fue en 1959 que se supo de la existencia de Juan Rodríguez, gracias a Simon Hart, “quien estaba escribiendo sobre la historia temprana de Nueva York, mirando documentación en Holanda, donde encontró archivos notariales con casos legales”.

La figura del dominicano aparece a raíz de una disputa entre dos capitanes “por terreno, por espacio, por control de área, en la que Juan Rodríguez es un asunto más”, dijo.

El primer capitán empleó a Rodríguez, pero al llegar a Nueva York éste se quiso quedar, pero cuando el capitán volvió de Holanda lo encontró trabajando para el otro capitán, lo cual originó la disputa. Eso es lo que se sabía de la historia.

Pero lo que no se ha determinado a ciencia cierta es si Rodríguez fue esclavo o si era ya un hombre que gozaba de libertad.

La causa del voraz apetito nocturno es fisiológica
El impulso irrefrenable de visitar la cocina cuando nos despertamos a medianoche tiene una explicación fisiológica. Estudios recientes sobre la relación entre la falta de sueño y el aumento del apetito concluyen que dormir mal eleva la voracidad y el sobrepeso. Hay un descenso de los niveles de leptina en paralelo a un aumento de los niveles de grelina y de otras hormonas como el cortisol. Este sistema de regulación podría haberse desarrollado como “una estrategia para almacenar grasa en el verano, cuando las noches son más cortas y la comida mas abundante”, afirman.

No hay comentarios:

Publicar un comentario