domingo, 30 de septiembre de 2012

Descubrimientos hechos por accidente y no por investigación

¿Sabe qué tienen en común los inventos del teléfono, los post-it y el velcro? Todos se descubrieron por accidente. Normalmente el progreso científico se asocia a investigaciones y análisis rigurosos, pero eso no siempre es cierto. Una cantidad sorprendente de descubrimientos le deben mucho a la suerte.

El descubrimiento de la penicilina de Alexander Fleming es un claro ejemplo. Ocurrió en 1928, cuando se dejó una placa de un cultivo con la bacteria del stafilococo en la mesa de su laboratorio y se fue durante dos semanas de vacaciones.

A su vuelta, comprobó que el cultivo se había contaminado con un hongo que impidió que creciera la bacteria. Había descubierto ¡el antibiótico!

Pero no se trata ni mucho menos del único descubrimiento por casualidad.

A lo largo de los siglos, este tipo de descubrimientos ha dado lugar a algunos de los mayores avances de todos los tiempos en las distintas áreas del conocimiento.

Y es en el campo de la química donde realmente abundan - visite el recorrido histórico de Xperimania y encontrará muchos ejemplos-. Aquí proponemos sólo unos cuantos ejemplos más de estos inventos descubiertos por casualidad o por un "feliz accidente" mientras los científicos estaban buscando algo totalmente distinto.

Notas Post-it

En 1970, el químico Spencer Silver estaba trabajando en el desarrollo de un pegamento muy fuerte, en los laboratorios de investigación de 3M. Pero no consiguió sino un adhesivo que no pegaba mucho. Al separar dos trozos de papel pegados, se dio cuenta que el pegamento se quedaba tanto en un papel como en el otro; le pareció un invento bastante inútil.

Cuatro años más tarde, uno de sus colegas que cantaba en el coro de la iglesia tuvo una idea brillante. Siempre utilizaba puntos de libro para señalar las páginas en el cantoral, pero todo el rato se le caían. Entonces, se le ocurrió ponerles una capa de la pega de Spencer.

Como por arte de magia, ya no se movían ni se rompían las páginas al sacarlos. Habían nacido las notas post-it. Actualmente, es uno de los materiales para oficina más vendidos.

Celofán

La idea del celofán, el envoltorio de papel transparente más conocido, apareció en la mente de un ingeniero textil suizo, Jacques Brandenberger cuando estaba sentado a la mesa en un restaurante.

Al ver que a un comensal se le había derramado el vino y había manchado todo el mantel, volvió a su laboratorio convencido de que descubriría algún modo de cubrir la tela con una capa transparente que la volviera impermeable. Hizo muchos experimentos con distintos materiales y una de las veces, aplicó a la tela un líquido viscoso.

El experimento falló porque la tela quedó toda tiesa y quebradiza. Sin embargo, Brandenberger se dio cuenta de que la capa se podía separar y quedar como una hoja transparente que podía tener otras aplicaciones. Hacia 1908, desarrolló una máquina que producía unas láminas transparentes viscosas a las que llamó celofán.

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