martes, 4 de septiembre de 2012

México recurre a la bici para sortear el tráfico

En Ciudad de México, donde cada día circulan más de cuatro millones de vehículos, algo cotidiano como ir a trabajar puede ser una tarea infernal y por ello la bicicleta se ha convertido en un medio cada vez más requerido.

“No hay otra opción, la ciudad ha llegado al límite de su capacidad de asimilación de vehículos. Cualquier situación de incremento vehicular es ya un colapso vial insostenible”, dijo a EFE la titular de la cartera de Medio Ambiente del Distrito Federal, Martha Delgado.

Es por ello que el gobierno capitalino apuesta por su programa de transporte público urbano Ecobici que prevé, hasta antes de fin de año, triplicar el número de bicicletas.

Para hacer uso de las bicicletas distribuidas en las cicloestaciones ubicadas en diversos barrios y proporcionadas por el gobierno capitalino, los usuarios deben registrarse en el programa Ecobici y pagar una inscripción de 400 pesos (unos 30 dólares) al año.

Delgado está convencida de que en muchas ocasiones, especialmente en trayectos cortos en donde hay una mayor saturación de tráfico, la bicicleta es mucho más rápida que los coches. Por ello, hace dos años y tomando como ejemplo grandes ciudades europeas como Barcelona o París se hizo un estudio y se observó que Ciudad de México tenía “condiciones muy favorables” para la introducción de la bici como sistema de transporte.

Una superficie plana y un clima privilegiado de entre 15 y 25 grados todo el año, son algunos de los factores que podrían beneficiar al menos a seis millones de habitantes que diariamente transitan por el centro de la capital mexicana.

El programa

En febrero de 2010 se lanzó el programa con 75 cicloestaciones que luego ascendieron a 90, y 1.200 bicicletas en una zona céntrica de la ciudad. Hoy, hay 42.000 usuarios registrados en este sistema y se calcula que al día se realizan unos 9.000 viajes en Ecobici.

“La ciudad no estaba diseñada para ello y por eso hemos tenido que modificar un poco la estructura”, abundó Delgado, quien indicó que en algunos puntos de difícil conexión han tenido que construirse ciclovías.

Pero en general, aseguró, el éxito del programa ha sido tal que ahora se está realizando una expansión y antes de final de 2012 se va a pasar a 275 cicloestaciones, 4.000 bicicletas y 73.000 usuarios que realicen casi 30.000 viajes diarios.

A pesar de estos avances, son muchas las personas que todavía no se atreven a subirse a una bicicleta para ir a trabajar, por miedo a sufrir un accidente en una urbe en la que las reglas de circulación no siempre se respetan.

“Cualquier cambio en una megaciudad como el Distrito Federal supone un desafío cultural enorme. La ciudad tiene que ir asimilando a las bicis como un modo de transporte alternativo y estamos trabajando muy arduamente en que la cultura vial de las personas se vaya transformando para asimilar esta forma de transporte”, apuntó.

Tasa de accidentes

También afirmó que la incidencia de accidentes es muy baja y dentro del programa Ecobici no se ha registrado ningún accidente mortal. El uso de la bicicleta se está extendiendo en Ciudad de México y en los últimos tiempos están proliferando las tiendas de bicis, especialmente en las zonas en las que están tratando de implantarse políticas al respecto.

También hay clubes de ciclistas, que organizan paseos dominicales o nocturnos, así como cursos de seguridad vial que pueden servir como primer acercamiento a las dos ruedas a esas personas que aún no se atreven.

Ernesto Corona es coordinador de Bicitekas, una asociación civil que lleva 15 años en la búsqueda de la promoción del uso de la bicicleta y de medios alternativos de transporte, y que a la vez impulsa y fomenta las políticas públicas en este sentido.

“Hoy en día la gente lo tiene más fácil por el trabajo previo que se ha hecho tanto con políticas públicas como con los grupos de ciclistas”, apuntó a EFE el coordinador, quien recordó que en Bicitekas también se organizan cursos básicos sobre cómo circular en la ciudad.

En su opinión, la visión de las bicicletas ha cambiado en los últimos años y cada vez hay gente más consciente en las calles porque también más personas se han subido a una de ellas.

Los mayores incidentes que los ciclistas tienen, aseguró, son precisamente con los taxis y el transporte público, a quienes más les cuesta entender que las calles son espacios públicos para compartir. (EFE).

El caso de Santiago
Transporte La jungla urbana de Santiago de Chile, tradicionalmente gobernada por coches, autobuses y peatones, ha visto aflorar una nueva especie: la bicicleta, un vehículo en clara expansión que ya obliga a las autoridades municipales y estatales a replantearse el modelo de tránsito en la ciudad.


Razones El aumento de las tarifas del transporte público, el ahorro en el tiempo de viaje, así como la mayor conciencia ecológica de los ciudadanos son las principales causas de la invasión de ciclistas por las calles más transitadas de la capital chilena.

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