La bella princesa está inmersa en un sueño profundo. Sólo un beso del príncipe azul podrá despertarla y revertir el hechizo que la mantiene dormida desde hace 100 años.
Todos conocen el cuento de hadas La bella durmiente pero, como nunca antes, en estos días es posible revivir a la hermosa doncella en el museo de arte nacional de Kiev, en una performance del ucraniano-canadiense Taras Polataiko.
Desde que se inició la muestra, la besaron muchos, pero sin éxito. La bella aún no se ha despertado; continúa durmiendo, impertérrita, esperando al príncipe en una habitación del museo. Está completamente vestida de blanco, así como blancas son las paredes y las cortinas de las ventanas (“representan la inocencia”, explica Polataiko).
La luz, difusa, ilumina el rostro de la princesa revelando las gotas de sudor que le surcan la frente.
Los aspirantes a príncipes azules deben presentar un documento de identidad al ingreso del museo antes de besar a la joven dormida. ¿El motivo? Si logran despertarla de su sueño, se casarán con ella, como establece el contrato que firmaron y sin el cual no habrían logrado el permiso para besarla.
Hay tiempo hasta el domingo próximo, cuando la performance será desmantelada y la bella durmiente, con o sin el beso de su príncipe, deberá despertarse.
Una idea poco ortodoxa
“Cuando el museo nacional me invitó a presentar un trabajo, hace dos años, comencé a pensar en que podía hacer por Ucrania”, cuenta Polataiko.
“Al fin de cuentas está a la espera. En continua espera de ser despertada”, comenta respecto a la protagonista de su montaje. La bella durmiente ¿representa entonces a Ucrania? “En el cuento de hadas -explica el artista- el reino está encantado, adormecido por efecto de un sortilegio, al igual que la princesa. Sólo cuando la bella durmiente se despierte también el reino saldrá del sueño”.
Las princesas de Polataiko son cinco: intercambian su lugar cada tres días reposando sobre la cama “encantada” diseñada por el artista. Más de 100 aspirantes a príncipes mandaron su fotografía y cartas de presentación al artista pero sólo una veintena logró llegar hasta el lecho.
“Me prometí que abriría los ojos si así lo sentía”, afirma Lisa quien aún no ha hallado a su príncipe azul, al menos no en el museo, y ahora en su puesto está otra joven. Pero como dijo uno de los postulantes: si la verdadera bella durmiente debió esperar un siglo entero antes de ser despertada, es difícil que se logre un resultado en sólo tres días”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario