Un grupo de investigadores de la Universidad de Bristol estudió la relación entre la forma de los vasos y lo rápido que se bebe su contenido. Descubrieron que ésta sólo existe cuando se trata de bebidas alcohólicas y que todo depende de la capacidad de los bebedores para saber cuánto alcohol se ha consumido.
Según los resultados de sus experimentos, el alcohol se bebe hasta un 60% más despacio en vasos rectos que en vasos curvos. En estos últimos es más difícil determinar cuánto se ha consumido. Cuando los participantes tenían que tomar una bebida sin alcohol, sin embargo, el recipiente dejaba de tener una importancia relevante.
“Debido a los daños, tanto personales como sociales, que se asocian al consumo excesivo de alcohol, hay un gran interés en estrategias para controlarlo. Aunque muchos consumen alcohol con responsabilidad, no es difícil tomarse una de más y emborracharse”, aseguró Angela Atwood, directora del estudio, que publicó sus resultados en la revista de acceso libre PLoS One, explica el diario español ABC.
“Si se tienen en cuenta los efectos adversos del alcohol sobre la toma de decisiones y el autocontrol, supone un cierto peligro”.
El experimento
Los investigadores reclutaron a 160 bebedores sociales entre el personal y alumnos de su universidad, de 18 a 40 años, y que no presentasen síntomas de alcoholismo, ni otras patologías. El comité ético de la Universidad de Bristol autorizó el singular experimento alcohólico.
Sometieron a los sujetos del estudio a una sesión en las que tenían que beber cerveza o refrescos, en vasos rectos o curvos tipo Pilsener más estrechos en la base que en el borde. Las cervezas se bebieron más despacio cuando se servían en una copa recta, con el mismo grosor en toda su longitud. En el caso de los refrescos, o cuando sólo llevaban media carga de bebida alcohólica, el recipiente fue definitivamente irrelevante.
La hipótesis que manejan los investigadores es que la percepción del contenido del vaso -de cuánto se ha bebido y cuánto queda por beber- influye en la velocidad a la que se consume.
Como en las copas curvas parece que hay más líquido del que realmente hay, el bebedor lo consume más rápido. Como su juicio es más preciso en el caso de los recipientes rectos, los tragos son más moderados, aunque siempre dependerá del consumidor.
Vasos y alcohol
Bebida Existe una relación entre la velocidad a la que se bebe alcohol y sus efectos. La ingesta rápida aumenta el grado de intoxicación y, además, induce a mayor consumo.
Peligro El alcohol es responsable de más de dos millones de muertes al año, según la OMS, un consumo sosegado puede tener un impacto positivo tanto a nivel individual como a nivel social.
Moderación La OMS pide siempre un consumo de alcohol con moderación.
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